En octubre de 1954 se inauguró La construcción del Perú, mural alegórico en el entonces Ministerio de Hacienda del Perú (actualmente el Ministerio de Economía, Finanzas y Comercio), obra de Teodoro Núñez Ureta (1912–88), el más prolífico y celebrado de los cultores de ese género en el país. En su momento, tal intervención fue reconocida con el Premio Nacional de Pintura Ignacio Merino. Sin embargo, el desvelamiento de la obra dio lugar a una significativa polémica inevitablemente vinculada al debate entre abstracción y figuración, el cual dominó la escena artística nacional durante los años cincuenta. Una nota laudatoria inicial del crítico y dramaturgo Edgardo Pérez Luna (1928–84) [véanse, en el archivo digital ICAA, sus artículos “El mural de Núñez Ureta: un canto al esfuerzo del hombre” (doc. no. 1227007) y “Puntos de vista: el mural de Teodoro Núnez Ureta” (doc. no. 865055)] sería pronto confrontada por las opiniones del arquitecto Luis Miró Quesada Garland (Lima, 1914–1994), ideólogo principal teórico del modernismo artístico y arquitectónico en el país [véase “En blanca y negra...” (doc. no. 865020)]. Aunque breve, el intercambio de puntos de vista resultantes expuso lo que desde cada posición era considerado “trascendente” en la obra de arte: ya sea el “hecho plástico puro” (según Miró Quesada Garland) o bien el “mensaje social superador del esteticismo” (según Pérez Luna) [consulte “Puntos de vista” (doc. no. 865197)].
[Como lectura complementaria sobre el artista responsable del mural, véase la entrevista con Núñez Ureta de Alfonsina Barrionuevo (doc. no. 1138216)].