La publicación El Mate presenta varias vinculaciones con las líneas ideológicas propuestas por el Grupo Toledo Chico, de fuerte filiación hacia un arte local de sesgo temático social y rural. Está centrado en destacar en Uruguay, tanto en materiales teóricos como en ejemplos expositivos, una serie de experiencias artísticas innovadoras en torno a “ismos, rupturas, afirmaciones, negaciones (…) y sobre todo confusión”.
Configuran el Grupo Toledo Chico, en sus inicios, Eduardo Rodríguez Amestoy, Joaquín Aroztegui (n. 1943), Jorge Nelson González (1916–73), Ramón Carballal (1919–94) y Raúl López Cortés. Posteriormente se incorpora la artista plástica y esposa de Aroztegui, Rosa Cazhur Gallo (n. 1947), quien se encargó de la distribución de las publicaciones, grabados mensuales y de la revista bimensual El Mate. Colaboran para realizar actividades puntuales el escritor Juan Capagorry (1934–97), el grabador Antonio Lista (1910–2000) y el dibujante y pintor Pedro Astapenco (1924–2005), entre otros. Bajo la dirección de Aroztegui la revista El Mate publicó once números entre 1966 y 1968, que fueron acompañados por grabados y materiales para sus suscriptores. Su contenido se centraba en una apelación a diversos aspectos de la cultura local, inclusive, trabajando con niños y escuelas del interior del país. El grupo renunció a colaborar con cualquier manifestación cultural internacionalista, centrándose en los problemas sociopolíticos en la capital uruguaya con un perfil tradicionalista y ruralista (la consigna de este número extra es “Por una cultura alternativa y popular”). Frente a los sucesos políticos de 1973 (golpe castrense a Juan María Bordaberry) y tras la desaparición física de uno de sus integrantes (el ilustrador Jorge Nelson González), el Grupo Toledo Chico dio por finalizadas sus actividades.
El artículo referido al XV Salón Municipal gira en torno a las vicisitudes del evento desde 1940 y al nuevo reglamento que se ha elaborado para su futuro ejercicio. Hasta entonces, el Sindicato Libre de Pintores, Escultores y Grabadores (de tendencia política y artística conservadoras) solía ocupar los puestos de jurados en estos salones, provocando airadas reacciones de los artistas que se autodenominaban “modernos”; véase, al respecto, la ocupación del Salón en agosto de 1963. Frente a un panorama tan controversial entre artistas y autoridades municipales, surge, a finales de ese año, la confederación intergremial de las artes y, poco después, la UAPC (Unión de Artistas Plásticos del Uruguay).
[Como lectura complementaria, véanse en el archivo digital ICAA los siguientes textos publicados por el Grupo Toledo Chico: de la FEPU (Federación de Estudiantes Plásticos del Uruguay) “2ª exposición al aire libre en homenaje a Stalingrado” (doc. no. 1210566); “Ha muerto Felipe Seade lloran las paredes blancas” (doc. no. 1193080); de J. Aroztegui (redactor responsable) “Hacia el encuentro del hombre” (doc. no. 1194504) y “Llamado al espectador” (doc. no. 1195546); y “Un mate para despedir el 66 y recibir el 67” (doc. no. 1194176)].