Este texto de la escritora venezolana Elizabeth Schön (1921–2007) pertenece al catálogo de la exposición Elsa Gramcko: Una alquimista de nuestro tiempo. Muestra Antológica 1957?1978, presentada en la GAN (Galería de Arte Nacional, 1997). Constituye la primera gran muestra antológica de la artista plástica venezolana. Este ensayo cobra especial importancia por haber sido la autora una amiga cercana de la familia de Elsa Gramcko (1925–94), su hermana Ida incluida. Schön entrelaza sus descripciones y análisis de obras con los recuerdos y vivencias que compartió con ambas. Califica a Elsa de “alquimista” por la forma en que trabaja los diferentes elementos materiales, llegando, a su juicio, a la “transformación” de la materia. Va más allá de sus logros artísticos, enfocando, más que a la artista, al ser humano. Las particularidades del paisaje de Puerto Cabello (Venezuela) donde Gramcko nació y vivió gran parte de su vida influirían notablemente en la formación de su carácter. Trátase de una artista que busca una manera propia de expresar pensamientos e ideas. En opinión de Schön, su familia y amigos, sus relaciones sociales en general, y muy especialmente la poesía y la literatura, conforman una parte muy importante en la personalidad de Gramcko. Reconocida poetisa, Schön apela en su texto a la utilización de diversos recursos literarios al momento de describir las obras. Un dato interesante que se desprende del texto es la aseveración de que fue en casa de Elsa Gramcko, en 1957, donde se originó la célebre polémica entre abstracción y figuración que enfrentó a Alejandro Otero y a Miguel Otero Silva.
Para acceso a otros ensayos críticos y entrevistas con Elsa Gramcko, consulte en el archivo digital ICAA el texto de Juan Carlos López Quintero del catálogo para la muestra Elsa Gramcko: Una alquimista de nuestro tiempo. Muestra Antológica 1957?1978 (doc. no. 1152657); el ensayo de José Gómez Sicre de 1959 “Elsa Gramcko of Venezuela” (doc. no. 1222685); el texto de Oswaldo Trejo (1966) “Elsa Gramcko” (doc. no. 1153620); el ensayo de Alberto Anzola aparecido en 1968 “Elsa Gramcko y sus cuadros mágicos” (doc. no. 1153668); el ensayo de Roberto Guevara, que El Nacional publica en 1969, “Abstractos inéditos de Elsa Gramcko” (doc. no. 1163749); el ensayo de Juan Calzadilla (1969) “Elsa Gramcko: la atracción de las texturas” (doc. no. 1153589); ambos textos de Clara Diament de Sujo, “Elsa Gramcko” (doc. no. 1153604) y “Entrevista con Elsa Gramcko” (1976) (doc. no. 1152673); y finalmente el ensayo de 1979 escrito por Teresa Alvarenga “Elsa Gramcko por ahora el silencio” (doc. no. 1153652).