En el texto del catálogo, el crítico José Ratto-Ciarlo exalta la multifacética labor pictórica de César Rengifo, quien además fue dramaturgo, periodista y activista político. El ensayista analiza los profundos cambios habidos en el mundo actual, tanto en lo referente a dogmas políticos como en lo estético (con respecto a ideales pasados); ambos marcados por una visión apocalíptica del acontecer humano y sus luchas. Ratto-Ciarlo reconoce la vigencia y necesidad de una “utopía” social liberadora cuyo vértigo no ha confundido el curso estético de la obra de César Rengifo, debido a su sólida formación ideológica y espiritual que le permite superar el efímero devenir de los “ismos” plásticos, para centrarse en las históricas demandas de redención de los oprimidos. Como ejemplo de ello, su crítica destaca su labor artística, consecuente con su preocupación por “el ser americano”; la reafirmación de la búsqueda de “un ser nacional”; y la reivindicación del indígena y las aspiraciones de redención social de los pueblos oprimidos. Finalmente, el texto señala cuatro etapas fundamentales en su producción pictórica.

El periodista y crítico José Ratto-Ciarlo (1904–97) propone, en este ensayo, una de las primeras periodizaciones de la obra del pintor venezolano César Rengifo (1915–80). Enumera cuatro etapas en su proceso pictórico. Una primera etapa (entre 1931 y 1936) que encuadra sin proporcionar las razones selectivas, aunque cabe entender que se trata del período de la iniciación de sus estudios en la Academia de Bellas Artes (en realidad comenzó en 1930) hasta su partida para Chile, en 1936. Un período de irregular producción artística, provocado por su precoz vínculo con las luchas políticas del Frente Popular de Pedro Aguirre Cerda (1938?42). El segundo período comprende de 1936 a 1939; de nuevo, sin argumento que lo sustente. La tercera etapa (1940?50) es denominada por Ratto-Ciarlo como período de reafirmación de “lo nacional”. En opinión del autor, hay un cuarto período, la década entera de los sesenta, el cual constituye una recapitulación y síntesis de lo hecho hasta entonces. Destaca, asimismo, su labor muralística y un nuevo impulso para avizorar el porvenir; en todo caso, su etapa muralista queda en realidad ubicada antes del período señalado. En esa fase su obra pictórica queda afectada por largos períodos de inactividad plástica, producto de años de intensa lucha política; lucha que, no obstante, quedó testimoniada con hondo dramatismo en obras como El hombre que llora por el hombre (óleo sobre tela, 1969). La retrospectiva de Rengifo constituye la más grande exposición realizada en torno a su obra; en ella se reunieron trescientas obras de su producción de todos los tiempos, permitiendo a su organizador (Ratto-Ciarlo) realizar este somero intento de periodización.

[Respecto a su obra pictórica y su vida, véase en el archivo digital ICAA de la periodista Silvia Coronil “El arte y la política vistos por César Rengifo. En entrevista exclusiva con ‘Tribuna Popular’” (doc. no. 1172426); la entrevista de Jorge Nunes “César Rengifo: El retorno a las raices” (doc. no. 1101822); la entrevista de Irma Valero “César Rengifo: ‘No hay arte sin ideología’” (doc. no. 1141917); el ensayo de Pedro Beroes “Viva memoria de César Rengifo” (doc. no. 1141854); y el texto de José María Salvador “César Rengifo. El drama humano” (doc. no. 1101982). Más aún, consúltese los siguientes escritos del propio pintor, “Tesis del realismo. El arte y nuestro tiempo” (doc. no. 810019); su artículo “Del abstraccionismo a un nuevo realismo. Presente y porvenir de la pintura” (doc. no. 1074194); y el ensayo “Verdades y mentiras del abstraccionismo” (doc. no. 1065758)].