Mário Pedrosa comenta las exposiciones llamadas Opinião 65 y Opinião 66, partiendo del principio de que esas muestras (de opinión) no deben transformarse en eventos meramente informativos sobre las novedades en el arte contemporáneo. El autor pone en destaque que la selección —inspirada en el teatro popular de cuño político y social puesto en escena por el Teatro de Arena (1965)— tuvo un gran acierto. Compara la canción Carcará con los propios himnos de la Revolución francesa; subraya la importancia de la película de Glauber Rocha, Deus e o Diabo na Terra do Sol, para el estallido que provoca el Cinema Novo, así como la trascendencia dramática de Morte e Vida Severina del poeta João Cabral de Mello Neto para la radical renovación de ese medio literario. A juicio de Pedrosa, es significativa la muestra Opinião (versión de 1965) por levantar cuestiones no solamente estéticas y sí vinculadas a las contradicciones sociales del momento; o sea, un año después del golpe militar que perpetuaría una dictadura fascista en las siguientes dos décadas. Se percata, entonces, de que los personajes sociales y populares han sido elevados a la categoría de representaciones colectivas y míticas, las cuales constituyen símbolos que se distribuyen en un esquema visual que es predominantemente simétrico e independiente de los procedimientos técnicos empleados. Finalmente, el autor juzga que las obras generan asuntos de comunicación en torno al colectivo urbano, y comenta algunas de las obras incluidas en la muestra de artistas tales como Antonio Dias, Rubens Gerchman, Carlos Vergara, Pedro Escosteguy, Hélio Oiticica y Frans Krajcberg. Se destaca la participación de Lygia Clark con propuestas de índole plurisensorial.

Las muestras Opinião 65 y Opinião 66 se realizaron (esos mismos años) en el MAM-RJ (Museu de Arte Moderna do Rio de Janeiro), ambas organizadas por la marchande y periodista francesa Cérès Franco y por el galerista (de origen rumano) Jean Boghici. Se reunieron en ellas a artistas europeos y brasileños relacionados con las NFs (nuevas figuraciones), siendo que adoptaban el nombre de las representaciones escenificadas por el Teatro de Arena: “opinión…”.

El texto del crítico de arte Mário Pedrosa destaca la naturaleza social, popular y urbana de la producción contemporánea durante la década de los sesenta, resaltando que tales cuestiones se tornaron más significativas que sus propios procedimientos técnicos y estéticos. Al igual que el crítico neoconcretista Ferreira Gullar, Pedrosa juzga que el surgimiento de las nuevas tendencias figurativas era capaz de provocar una plena renovación en la escena artística del Brasil, tras la crisis generada por las utopías constructivas de la década de los cincuenta. Sin embargo, y a diferencia de lo sucedido con Gullar, se estaría más cercano a la experimentación que llega hasta finales de los sesenta como ejercicio de posibilidad efectiva y expresión de libertad.

[Sobre este tema, véanse en el archivo digital ICAA los siguientes textos: de Harry Laus “Opinião provoca manifesto” (doc. no 1110558); de Cérès Franco et al. “Declaração Poética para ‘Opinião 66’” (doc. no. 1110375); también de Cérès Franco “Opinião 65” (doc. no. 1090499); de Ferreira Gullar “Opinião 65” (doc. no. 1090530); de Frederico Morais “A Opinião Brasileira de 66” (doc. no. 1110550); y de Hélio Oiticica “Esquema geral da nova objetividade” (doc. no. 1110372)].