Se llama la atención del lector, en este texto, sobre la obra de uno de los más destacados integrantes del movimiento concretista en Río de Janeiro. Ivan Serpa (1923–73) está entre los primeros que realizan cuadros y dibujos en la veta abstracta, en la entonces capital brasileña de la década de los cuarenta. Entre 1954 y 1956, fue el mentor del Grupo Frente, uno de los marcos de referencia inicial del movimiento constructivo nacional; se contaron entre sus discípulos a Lygia Clark, Abraham Palatnik, Almir Mavignier y los hermanos (César y Hélio) Oiticica. En este documento, el crítico Mário Pedrosa señala la índole artesanal e intuitiva de los métodos de trabajo planteados por el maese Serpa; un aspecto que descolla dentro de los enfoques más ortodoxos del concretismo. Además, le brinda un contexto a la producción de Serpa en el escenario internacional, vinculándola a aquellos artistas concretos que pusieron de lado el cromatismo de pigmentos para trabajar directamente con la luz. En los años cincuenta, Pedrosa publicó diversos artículos donde expone su preocupación en torno a cotejos entre la producción nacional y la vanguardia internacional de dicho período, en especial lo referente a diversas poéticas de la luz.
[Como lectura complementaria, véanse en el archivo digital ICAA los siguientes textos de Mário Pedrosa: “Abstração ou figuração ou realismo?” (doc. no. 1085648); “Da abstração a auto-expressão” (doc. no. 1085707); “Da dissolução do objeto ao vanguardismo brasileiro” (doc. no. 1110435); y “Paulistas e cariocas” (doc. no. 1085056)].
El intelectual y político Mário Pedrosa (1900–81) es, sin lugar a dudas, el teórico y crítico vertebral del arte brasileño en el siglo XX. Fue inicialmente redactor de política internacional para el Diário da Noite, afiliándose desde la década de 1920 al PCB (Partido Comunista Brasileño). Estuvo preso en 1932 por su militancia política (entonces trotskista). Durante el Estado Novo getulista, vive el exilio en Francia y Nueva York, y sólo regresa al Brasil en la posguerra, colaborando en el Correio da Manhã. Su antiestalinismo lo lleva a fundar el semanario Vanguarda Socialista. Presenta una tesis de docencia en estética, “Da natureza afetiva da forma na obra de arte” (1949), en la Faculdade de Arquitetura (Río), donde coloca todo su bagaje filosófico y de sicología de la Gestalt, siendo en esa época uno de los fundadores de la AICA (1948) y organizador del Congreso Internacional de Críticos de Arte (Brasilia, 1959). Escribe la columna de crítica de arte en Tribuna da Imprensa (1950–54) y, en esa década, es miembro organizador de la II y III bienales de São Paulo (1953 y 1955), pasando a dirigir el MAM-SP (1961–63). Es secretario del Consejo Nacional de Cultura en el breve gobierno de Jânio Quadros. Durante la dictadura militar se refugia en Chile y pasa a dirigir en Santiago el Museo de la Solidaridad; tras el golpe de Pinochet (1973) parte a La Habana como secretario del Museo de la Resistencia Salvador Allende. Sólo regresa al Brasil en 1977 (durante los inicios de la Amnistía) y es el primero en firmar el manifiesto de creación del PT (Partido dos Trabalhadores, 1980). Su vastísima biblioteca (8 mil volúmenes) está parcialmente accesible en la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro.