Publicado durante la inauguración de la Primera Bienal Internacional de São Paulo, el texto del crítico Mário Pedrosa es pionero al analizar y colocar en contexto histórico la obra de Abraham Palatnik (n. 1928) de la serie Aparelhos Cinecromáticos, innovadora y a la par de la tecnología de aquel momento. Nacido en Natal (estado de Rio Grande do Norte), y después de su larga estadía de formación en la entonces llamada Palestina, el artista se radica a su regreso en Río de Janeiro, vinculándose al Grupo Frente que dirigía artísticamente Ivan Serpa y en el cual gravitaba, con sus comentarios teóricos, Pedrosa. El grupo se convierte en uno de los primeros núcleos de investigación en el campo del arte tanto abstracto como constructivo en Brasil. En artículos publicados en la prensa de aquella época, el crítico fungía como uno de los baluartes en la defensa y difusión del abstraccionismo. Por lo tanto, el documento es un incentivo para el uso de tecnologías recientes, así como de las posibilidades del arte que escapa radicalmente a las categorías tradicionales.
[Como lectura complementaria, véanse en el archivo digital ICAA los siguientes textos: de Fernando Cerqueira Lemos “Bienal quando nasce é para todos” (doc. no. 1110908); de Yolanda Penteado “Cartas e telegramas de D. Yolanda” (doc. no. 1110831); y de Lourival Gomes Machado “Apresentação” (doc. no. 1110834) y “Carta de Lourival Machado a D. Yolanda” (doc. no. 1110824)].
El intelectual y político Mário Pedrosa (1900–81) es, sin lugar a dudas, el teórico y crítico vertebral del arte brasileño en el siglo XX. Fue inicialmente redactor de política internacional para el Diário da Noite, afiliándose desde la década de 1920 al PCB (Partido Comunista Brasileño). Estuvo preso en 1932 por su militancia política (entonces trotskista). Durante el Estado Novo getulista, vive el exilio en Francia y Nueva York, y sólo regresa al Brasil en la posguerra, colaborando en el Correio da Manhã. Su antiestalinismo lo lleva a fundar el semanario Vanguarda Socialista. Presenta una tesis de docencia en estética, “Da natureza afetiva da forma na obra de arte” (1949), en la Faculdade de Arquitetura (Río), donde coloca todo su bagaje filosófico y de sicología de la Gestalt, siendo en esa época uno de los fundadores de la AICA (1948) y organizador del Congreso Internacional de Críticos de Arte (Brasilia, 1959). Escribe la columna de crítica de arte en Tribuna da Imprensa (1950–54) y, en esa década, es miembro organizador de la II y III bienales de São Paulo (1953 y 1955), pasando a dirigir el MAM-SP (1961–63). Es secretario del Consejo Nacional de Cultura en el breve gobierno de Jânio Quadros. Durante la dictadura militar se refugia en Chile y pasa a dirigir en Santiago el Museo de la Solidaridad; tras el golpe de Pinochet (1973) parte a La Habana como secretario del Museo de la Resistencia Salvador Allende. Sólo regresa al Brasil en 1977 (durante los inicios de la Amnistía) y es el primero en firmar el manifiesto de creación del PT (Partido dos Trabalhadores, 1980). Su vastísima biblioteca (8 mil volúmenes) está parcialmente accesible en la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro.