Este artículo del crítico venezolano de arte Víctor Guédez se distingue por el hecho de que —a pesar de encajarse en el marco de la exposición Carlos Cruz-Diez en la arquitectura, presentada en el Centro Cultural Consolidado (Caracas, 1991)— no es propiamente una crítica que reseña el evento. Guédez, por el contrario, descontextualiza su texto y penetra en profundidad y rigor en nociones de la filosofía y la estética; esto es, en otros aspectos de su obra que no son analizados frecuentemente. Además del tema del color en Cruz-Diez (el más estudiado por la crítica), la formación filosófica del crítico le permite indagar, por ejemplo, en problemas como la definición y denominación de los “productos estéticos” del artista desde el punto de vista del soporte y la estructura física. El autor llama la atención sobre problemas de nomenclatura y clasificación, por parte de CCD, de sus obras, las cuales no fueron concebidas como esculturas, en un sentido de “volumen o de relación entre [espacios] vacíos y llenos”. Es un documento que tiene vigencia conceptual y aporta ideas originales bastante orientadoras sobre el artista; se plantea cómo abordar la lectura de una obra de arte desde conceptos de la estética, más allá de un recorrido descriptivo por sus distintas etapas y series.
Para otros textos sobre la obra de Cruz-Diez, consulte el ensayo de Jean Clay “(Sin título) [Pronto hará ocho años que Carlos Cruz-Diez...] = [Voici bientôt huit ans que Carlos Cruz-Diez…]” [doc. no. 858602]; y la entrevista de Plinio Apuleyo Mendoza “Entrevista a Cruz Diez [No imitamos, nos imitan]” [doc. no. 862938].