En 1951, el ensayista, Manuel Trujillo, realiza duros comentarios acerca de la exposición individual que Mario Abreu presenta en el Museo de Bellas Artes de Caracas, poco antes de su partida hacia París. El marco de las críticas de Trujillo se centra en la temática y la técnica pictórica, calificando la temática como atrasada por responder, de cierta manera, al motivo paisajista; en este sentido, alude al estilo de Monet. En relación con la técnica pictórica no duda en tildarla de “escolar”. El presente texto debe ser visto como parte del concierto crítico que, en torno a la polémica entre abstractos y figurativos, reunía requisitorias a favor de abstraccionistas, calificando todo lo demás como atrasado, caduco y a contracorriente con respecto a la lección de París. Tras esta exposición, ese mismo año, Abreu recibe un accésit al Premio Oficial de Pintura por su obra El Gallo, y el premio Federico Brandt en el XII Salón Oficial. Asimismo obtiene el Premio Andrés Pérez Mujica del IX Salón Arturo Michelena y el tercer premio para pintura en el IV Salón Planchart, también con El Gallo. Dentro de los comentarios a favor de la exposición de Abreu, hay el ensayo escrito por Ida Gramcko “Exposición de Abreu”, publicado en el mismo diario El Nacional (septiembre de 1951). Mario Abreu fue representante de las propuestas estéticas que tomaban en cuenta tanto el pasado indígena como las referencias a lo popular.
Para dos entrevistas con el pintor, consulte la del periodista Gustavo Manrique con motivo de su exposición Objetos Mágicos (1965), titulada “Yo, Mario Abreu, digo que sólo lo americano nos salvará” (doc. no. 1102189); y la realizada por Miyó Vestrini “No busco lo mágico como abstracción, sino como razón existencial del hombre” (doc. no. 1172444).