Shifra M. Goldman escribe sobre la obra pictórica de Patricia Israel a principios de los noventa. Ofrece una reflexión sobre la condición latinoamericana y su nexo histórico, para enfocarse en cómo el Descubrimiento de América continúa siendo conflictivo cinco centenarios después de ocurrido. Shifra plantea que la pintora ha estado fascinada con la historia partiendo de su interés por la política y su lugar de nacimiento: Temuco (sur de Chile). Territorio marcado por pertenecer a la etnia     mapuche y por su topografía   que influye la propia iconografía de su pintura.   Goldman analiza la serie “La llegada de lo blanco”, a su juicio, una continuación de “América de cuerpo pintada”. Señala que ambas series no son descriptivas y poseen un énfasis antirrealista, por funcionar en sí mismas vía alegorías y juegos de significados. Israel es una artista de la periferia que habla ante la “invasión cultural del centro” y esgrime cierto cariz irónico con el hito de la conquista, cuestión que considera señal de resistencia. 

“El oro y lo blanco de colon-ización” de Shifra M. Goldman (1926–2011), historiadora del arte y feminista estadounidense, fue escrito con motivo de La llegada de lo blanco exposición de Patricia Israel (1939–2011) en el Museo Nacional de Bellas Artes (Santiago, 1992).

Desde temprana edad, Patricia Israel mostró interés por el arte. Con 14 años tomó clases con el escultor Tótila Albert (1928–67) y en 1958 comenzó sus estudios formales en la Escuela de Bellas Artes, dedicándose a la pintura y grabado. Su pintura procuró alejarse de la influencia académica indagando en lo expresivo: Gustavo Carrasco (1907–99), José Balmes (1927–2016), Alberto Pérez (1926–99) y Eduardo Martínez Bonati (n. 1930), los últimos, miembros del Grupo Signo, fueron parte de su formación. En los sesenta su obra mostró un compromiso político de izquierda que la llevó a explorar posibilidades artísticas con el fin de masificarlas. En 1968, con Guillermo Núñez (n. 1930), inició un proyecto de diseño de carteles (Violeta Parra, Ángel Parra, el Che Guevara) además de posters-pinturas de obras de artistas chilenos. Tras la elección de Salvador Allende (1970) y en el marco de su incorporación al Instituto de Capacitación e Investigación de la Reforma Agraria (ICIRA) colaboró gráficamente con Alberto Pérez. Entre las serigrafías de entonces   realizaron América despierta (1972), reconocida en el ámbito artístico, la cual, tras el Golpe Militar (1973), fue quemada junto con libros reiterando así, actos de censura propios del régimen   nazi. Ante el nuevo escenario político-  dictatorial, Patricia Israel se exilió en Argentina y Venezuela. Esos años expuso en distintos países y su obra continuó reflejando la realidad chilena. Regresó al país en 1980 con una muestra inspirada en la obra literaria de   José Donoso (1924–1996), exponiendo tanto en individuales como en colectivas. De este período es su serie Charadas inspirada en las fábulas que leía en la infancia. Exploró múltiples temas; no obstante, su manera de comprender el arte persistió   como un espacio de cuestionamiento. En los noventa   indagó en torno a lo latinoamericano con series pictóricas que profundizaban el asunto que marcó toda su obra. Goldman   analizó a llegada de lo blanco y América de cuerpo pintada, de principios de los noventa. De 1998 a 2001 produjo la serie América. En 2011, mismo año de su muerte, realizó su última exposición Geografías, muestra de pinturas y grabados que le valdría reconocimiento póstumo. [Sobre algunos de los artistas mencionados, véase en el Archivo Digital ICAA “Alberto Pérez” (doc. no. 756960) de Francisco Brugnoli y en torno a Guillermo Núñez “Enunciar, anunciar, denunciar: el arte como archivo” de Diamela Eltit (doc. no. 757287)].