El filósofo Samuel Ramos (1897-1959) se destacó por su preocupación sobre la ontología del mexicano y dedicó parte de su trabajo a temas relacionados con la estética. Entre sus obras, destacan Ensayo sobre Diego Rivera y La filosofía de la vida artística. El artículo presente se caracteriza por la defensa que hace Ramos de la obra tanto de Diego Rivera (1886-1957) como de José Clemente Orozco (1883-1949) considerando injustas las críticas lanzadas, en particular, contra de ambos pintores y, en general, contra el movimiento mexicano de pintura surgido en los años veinte.
Desde fines de la década de treinta, Carlos Mérida (1891-1984) señalaba ya una decadencia tanto en lenguaje plástico como en la temática del movimiento muralista mexicano, pugnando por la libre creación y experimentación artística, más abstracta o universal. Este conflicto se acentuó en la década siguiente, cuando tanto críticos y artistas como intelectuales participaron del debate.
Sobre la crítica de Ramos hacia los pintores que se separaron del movimiento mexicano, a los cuales considera imitadores de modelos extranjeros y seguidores de patrones comerciales, Mérida publica, en ese mismo órgano, un artículo en respuesta a los ataques del filósofo (ver nota de Mérida, doc. 746913, amén de las distintas posturas críticas de Siqueiros, doc. 821964).