El artículo es la respuesta de Carlos Mérida (1891-1984) al texto del filósofo Samuel Ramos (1897-1959) sobre la pintura en México, publicado en la misma revista. Ramos hace una fuerte critica de todos aquellos pintores que se separaron del movimiento mexicano de pintura gestado en 1921, a los cuales Ramos considera imitadores de modelos extranjeros y seguidores de patrones comerciales. Los demás, en consideración del filósofo, eran meros imitadores del patriarca Diego Rivera. La respuesta de Mérida gira en torno a la falta de conocimiento de Ramos sobre la materia. Este último recurre a ideas ya planteadas, desde 1920, sobre lo nocivo para el arte que es la crítica que ejercen tanto los literatos como (en este caso) el filósofo. (ver, sobre Samuel Ramos, doc. 746936 y sobre texto de Mérida referente a literatos y crítica de arte, doc. 733457).
El pintor guatemaltco radicado en México, Carlos Mérida (1891-1984), a través de sus escritos, nos muestra un horizonte de más de seis décadas del quehacer artístico en su país de adopción. Su vision —sumamente crítica y seductora a la vez— refleja el pensamiento de un personaje que no sólo comparte, en el espacio-tiempo, los diversos desarrollos del ejercicio artístico, sino que sus ideas aportan nuevas lecturas y puntos analíticos distintos a los que marcaron su época. Mérida escribió, además del devenir plástico de México, sobre temas como la caricatura, la fotografía, la danza, el cine, el diseño y el arte popular —tanto de México como de Guatemala—, entre otros y realizó profundas reflexiones sobre la composición plástica, el sentido y la función del arte.