“Una sola línea para siempre” es un texto del poeta Gonzalo Muñoz (n. 1950), quien revisa el procedimiento seguido en la obra de Lotty Rosenfeld (1943-2020) desde una perspectiva alegórica. La propuesta de Rosenfeld consistió en intervenir las líneas discontinuas de tránsito con telas adhesivas de color blanco que modificaban el signo, transformándolo en un más + o una cruz 十.El presente texto fue parte de Desacato (1986), publicación que revisa, desde diversas perspectivas teóricas, la obra de la artista producida entre 1979 y 1986. La edición estuvo a cargo del editor Francisco Zegers (1953-2012) y en ella participaron la crítica cultural Nelly Richard (n. 1948), el poeta Raúl Zurita (n. 1950), las escritoras Diamela Eltit (n. 1949), María Eugenia Brito (n. 1950) y el propio autor. Además se incluyeron comentarios de la artista sobre sus propuestas, el extracto de una conversación entre ella y el poeta cubano radicado en París Severo Sarduy (1937-93), una cronología de sus acciones de arte y una videografía. [Para mayor información sobre esta edición véase en el Archivo Digital ICAA “Introducción” (doc. no. 744924) de Zegers, el editor].
Muñoz fue un poeta cercano a la Escena de Avanzada y escribió sobre la obra de diversos artistas, entre ellos, Virginia Errázuriz, Francisco Brugnoli, el colectivo C.A.D.A., Eugenio Dittborn [Véase al respecto “Una política” (doc. no. 735205) y “Eugenio Dittborn y Gonzalo Muñoz a propósito de la historia sentimental” (doc. no. 731931 ); así como sobre exposiciones de artistas chilenos realizadas tanto en Chile como en el extranjero: “El gesto del otro” (doc. no. 736081)].
En 1979 Rosenfeld inició Una milla de cruces sobre el pavimento, su proyecto más reconocido. La primera vez que realizó esta acción (durante 4 horas de performance) fue en una avenida de zona acomodada de la ciudad de Santiago. Registró la intervención en video y fotografías aunando el proceso y los resultados que utilizó luego para configurar otras obras. Tal procedimiento cuestiona así los códigos del tránsito, extendiéndolo a los demás códigos, normas y patrones. El término “desacato” es clave para comprender la totalidad de su obra al tratarse de un cuestionamiento del poder.
Entre los años 1979 y 1986 Rosenfeld realizó su acción en más de una decena de lugares. Las calles de la ciudad de Santiago fueron escenarios variables, por ejemplo, al intervenir en las afueras del Museo Nacional de Bellas Artes, del Palacio La Moneda del gobierno chileno y la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile (1984). Además, realizó su acción en otros países: afueras de los Tribunales de Justicia en Buenos Aires (Argentina, 1985) o en la Casa Blanca en Washington, (EE.UU., 1982). [Para otros textos de la artista sobre su obra, véase “Proposiciones para (entre) cruzar espacios límites” (doc. no. 744898); “Trazado de cruces sobre el pavimento” (doc. no. 731835); “Una herida americana” (doc. no. 744890)].