Nelly Richard examina la propuesta pictórica de Gonzalo Díaz como una instancia de revitalización sobre la visualidad en Chile. Según plantea la autora, se encontraba disminuida en las últimas exhibiciones artísticas del período comprendido. Postula que su obra interviene en dos niveles; por una parte, interpela a la tradición pictórica en el país y, por otra, a la “no pintura” (obras que apostaron por un “afuera del cuadro”). Richard revisa la obra de Díaz en relación con la de Carlos Altamirano y Eugenio Dittborn, tres artistas con una obra cuestionadora del academicismo pictórico local. Ofrece una lectura de la iconografía que Díaz releva en sus cuadros y destaca que el imaginario popular que utiliza mantiene distancia con el Pop norteamericano a pesar de vincularse en lo estético. Concluye analizando lo que implica “la sentimentalidad” en la propuesta, tratándose de una categoría reivindicadora de  lo menor, aquello de escasa relevancia y al margen del discurso pictórico circulante.

Escrito por la teórica y crítica cultural Nelly Richard (n. 1948), “Reivindicación de la sentimentalidad como discurso” es un texto concebido para la exposición de Gonzalo Díaz (n. 1947), Historia Sentimental de la Pintura Chilena, realizada en 1982, en Galería Sur de Santiago. Fue publicado en La Separata (1981-83) editada por la propia Richard junto con el artista Carlos Altamirano (n. 1954) y el sociólogo Fernando Balcells (n. 1950). La publicación fue plataforma para una serie de debates sobre arte y la cultura en esa época. Este texto es parte importante de una discusión sobre la escena artística desarrollada durante la dictadura militar en Chile (1973-90). Debate que plantea una superación del cuadro como espacio privilegiado para el arte y que responde a una tradición, por parte de prácticas artísticas ampliadas a diferentes soportes y materialidades en las que el concepto sobre el cual se trabaja es fundamental.

A partir de la muestra de Díaz, Richard se centra en cómo ésta revitaliza el imaginario chileno asociado a lo pictórico en cuanto tradición. Además, destaca la propuesta de Díaz y la relaciona con los otros artistas de perspectiva crítica, Carlos Altamirano y Eugenio Dittborn (n. 1943). [Para una mayor información, véase en el Archivo Digital ICAA “Return to the Pleasurable” (doc. no. 743686">743686) y “Tránsito suspendido” (doc. no. 731751), ambos de Nelly Richard (doc. no. 743686">743686); además de “Tránsito suspendido de Carlos Altamirano” (doc. 731739) de Justo Pastor Mellado.]

Es en la serie Historia Sentimental de la Pintura Chilena que Gonzalo Díaz trabaja con el logo de Klenzo, empresa de artículos de limpieza de imagen ampliamente reconocida en Chile. La “Chica Klenzo” representa una mujer vestida con traje típico holandés y el propio artista la denominó Madonna del arte chileno. [Véase “Klenzografía; área movediza de la pinturita” (doc. no. 731874) de Víctor Hugo Codocedo]. Richard se centra en esta figura y en “la sentimentalidad” para proponer a las pinturas de Díaz en cuanto cuestionamiento crítico que conecta la historia de la pintura nacional con sencillos referentes populares que ponen en tensión el imaginario de las Bellas Artes. El discurso de “La sentimentalidad” se vincula al amor romántico a través de boleros, telenovelas o novelas de Corín Tellado (1927-2009), representativos de una forma difundida de entender relaciones sexo-afectivas. Le interesa a Richard el carácter relegado de este imaginario en la cultura dominante y cuya “inferioridad” no goza de reconocimiento cultural. Establece un paralelo entre cultura dominante - masculino y “la sentimentalidad”- femenino. La mujer de Klenzo identificaría a la obra de Díaz con lo femenino y sus posibles arquetipos: “la Madonna, la novia, la dueña de casa, la madre patria, la enamorada”, los cuales significan una transgresión. Lectura que Richard profundizará en sus textos feministas futuros [Véase al respecto, “Los descontroles de los sentidos” (doc. no. 732038)].