Desde sus inicios, el Centro de Arte y Comunicación (CAYC) liderado por el gestor, artista y empresario Jorge Glusberg se propuso como un espacio interdisciplinario que pudiera generar un movimiento de arte experimental. Para ello, la conformación de redes de colaboración entre artistas y críticos locales e internacionales fue fundamental. Las exposiciones hicieron visibles esos intercambios, en los que la presentación de panoramas de tendencias o artistas individuales era una oportunidad para conocer las novedades del arte contemporáneo internacional; o bien de dar a conocer artistas argentinos y latinoamericanos en la escena mundial.
Benedit fue un asiduo participante de las actividades del CAYC a partir de la creación del Centro y del Grupo de los Trece (GT-181; doc. no. 1476353, GT-255; doc. no. 1476447, GT-694; doc. no. 1477338, GT-745; doc. no. 1477395). Benedit fue un asiduo participante de las actividades del CAYC a partir de la creación del Centro. Desde 1968, el arquitecto y artista argentino produjo situaciones y hábitats artificiales en los que el espectador podía observar el comportamiento de plantas, insectos y pequeños animales que eran confrontados con diversos obstáculos. Esa relación entre estímulos y conductas será el eje de las obras de Benedit durante esos años, para los cuales toma elementos de distintas disciplinas en auge en esa época: la teoría de la comunicación, el estructuralismo y la cibernética. Sus hábitats y laberintos artísticos funcionan, así, como “modelos reducidos”, característica que el antropólogo Claude Levi- Strauss aplica al arte: el ser un modelo reducido del mundo.
En Furnarius rufus (1976) —nombre científico de un pájaro rojo, el hornero—, un contenedor acrílico encierra una de estas aves embalsamada junto a su nido de barro. Declarada como “ave nacional” en la Argentina, esta especie se vincula a una nueva línea de investigación iniciada por Benedit a mediados de los setenta, cuando tematiza al campo como elemento fundamental de la construcción de nacionalidad. A su vez, 50 + 50 = 100 (1976) se compone de dos tubos de acrílico cerrados, llenos de agua con una burbuja de aire en cada uno. Esto permite entenderlos como “nivel”, herramienta empleada en albañilería para constatar la horizontalidad de un elemento. Cada uno de ellos mide 50 cm, sumando un metro entre ambos. Forma parte de una serie de obras donde Benedit reflexiona sobre la interacción entre el comportamiento de los cuerpos y el material que los constituye.
En los meses previos a la participación del Grupo de los Trece en la XIV Bienal de San Pablo en septiembre de 1977, el CAYC organizó exposiciones individuales de algunos de sus miembros (GT-737, GT-738; doc. no. 1477390, GT-757; doc. no. 1477397, GT-758; doc. no. 1477398, GT-759; doc. no. 1477399, GT-761; doc. no. 1477419, GT-764; doc. no. 1477431, GT-765; doc. no. 1477432, GT-766; doc. no. 1477433 , GT-772; doc. no. 1477435, GT-773; doc. no. 1477436, GT-774; doc. no. 1477437, GT-775; doc. no. 1477438, GT-785; doc. no. 1477448, GT-786; doc. no. 1477449).
Estas obras, junto a las de los demás integrantes del Grupo, fueron parte de la instalación Signos en ecosistemas artificiales en esa Bienal paulistana de 1977, por la cual recibieron grupalmente el Grande Prêmio Itamaraty.