Este artículo de Norberto Berdía (1900–83) fue publicado en mayo de 1934, semanas después del arribo de Joaquín Torres García (1874–49) a Montevideo (30 de abril). Esto da la pauta de la inmediatez con que se manifestó la lucha por sitiales hegemónicos al llegar JTG al Uruguay. De hecho, su presencia despertó un polémico clima de susceptibilidad entre agrupaciones de artistas, no solamente de la CTIU (Confederación de Trabajadores Intelectuales del Uruguay), sino incluso de la ETAP (Escuela Taller de Artes Plásticas). [Respecto al intercambio de acusaciones entre la confederación y el maestro uruguayo, véanse en el archivo digital ICAA, también de Norberto Berdía, “Contestando a Torres García” (doc. no. 1208175) y “El arte de Torres García” (doc. no. 1208154)].
Berdía fue pintor y alumno del Círculo de Bellas Artes en Montevideo; en Buenos Aires, fue discípulo de los pintores Giambiagi y Gómez Cornet. Desde la CTIU, Berdía intenta abrir una polémica en torno al “arte burgués” (o “arte purista”, como empezaba a ser denominado) versus “arte proletario”, sosteniendo que JTG no comprende que (viviendo en el capitalismo) los artistas son los primeros a salir perjudicados por las crisis económicas. A su juicio, “lo que se salva del sistema capitalista tiene que ser invertido en la fabricación de instrumentos para la guerra”. En otras palabras, la tesis de Berdía parece ser que el dinero que JTG dejó de ganar (por las obras que no le compraron en París), ahora fue invertido en la fabricación de armamentos. El incisivo argumento de su raciocinio de corte marxista es escaso; aunque buscará perfilar sus fundamentos en otros artículos posteriores a este, publicados durante el año de 1934.