El periodista Emilio Santana entrevista al artista español Ángel Luque (1927?2014) —quien vivió en Venezuela entre los años 1955 y 1967— con motivo de haber obtenido el Premio Nacional de Dibujo y Grabado de 1962. A diferencia de otros artistas calificados como “informalistas”, Luque se siente completamente identificado con los preceptos del “movimiento informalista” y lo manifiesta abiertamente aquí. A su juicio, en el informalismo lo importante es la expresión, en estado puro, libre de cualquier concepto esteticista y de manifestaciones formales; defendiéndolo cuando la tendencia es tildada de “pesimista”. Cuando ocurre la entrevista, Luque ya ha dejado de ser un pintor extranjero desconocido en Venezuela llegando a convertirse —a partir del Premio y su vínculo con artistas como Luisa Palacios y Humberto Jaimes Sánchez— en uno de los exponentes más reconocidos del movimiento informalista en el país y cuando comenzaba a asentarse como tendencia plástica legítima. El artista dedica gran parte de la entrevista a su relación con Palacios, a quien agradece el haberse iniciado, en su taller, en el arte del grabado. Fue debido a su insistencia que llegó a dominar una expresión plástica “tan complicada”, al punto de valerle el Premio. A diferencia de sus primeros textos (Museo de Bellas Artes de Caracas, 1960), a Luque se le percibe menos “violento” a la hora de expresarse y de dar a conocer su obra. Al ser ya un artista reconocido, no necesita demostrar nada; no obstante, sigue considerando a su obra como “revolucionaria”, todavía en busca de la “libertad” y el “riesgo”, aceptando, inclusive, que la fase experimental de los primeros años ha quedado atrás.
Para otro texto crítico sobre el artista, vea de Roberto Guevara “Ángel Luque y la violencia contenida” [doc. no. 1163733]. Está disponible, también, el texto del propio Luque para el catálogo Pinturas. Luque, presentado en el Museo de Bellas Artes de Caracas en 1965, “[Deseo que estas obras confirmen que vivo de pie...]” [doc. no. 1156720], y una crítica tanto al exceso racional imperante en el siglo XX como al propio sistema capitalista, “De una encuesta sobre ciencia y arte” [doc. no. 1168024].