Angel Luque (n. 1927), español residenciado en Venezuela durante una década aproximadamente (1955–67), elabora este texto en 1964 a modo de manifiesto en el que anuncia al mundo lo que propone y persigue con su obra pictórica. Luque ignora la crítica en lo referente al apartado estético de su obra; por lo general, se enfoca en buscar concientemente el “rechazo” de los críticos y del público. Se expresa de manera franca y directa, promulgando su intención de hacer una obra difícil de aceptar, que no sea refinada ni mucho menos exquisita. Su pintura es violenta, aunque sin ser irracional; esta “violencia” caracteriza la mayoría de sus textos que son reflejo de su actitud reflexiva hacia la sociedad. Aquí, Luque crítica veladamente a artistas que se autoconsideran como informalistas, cuyo único aporte a esta tendencia es el uso de objetos y materiales poco convencionales, aunque prevalezcan aún en sus obras conceptos formales de organización, de composición espacial y de color. A pesar de todo, Luque no está cerrado a la evolución de su obra, en la que siempre esta presente la libertad y el riesgo.
Texto fundamental para conocer la mentalidad de un artista de la índole reacia de Luque frente al mundo del arte contemporáneo, y sirve para entender búsquedas del movimiento informalista.
Hay un texto del propio Luque que complementa esta perspectiva, una crítica tanto al exagerado racionalismo imperante en el siglo XX como al propio sistema capitalista en “De una encuesta sobre ciencia y arte”, archivo digital ICAA (doc. no. 1168024). El propio Luque nos brinda un enfoque de su personalidad en el ensayo Sin título incluido en su catálogo Luque. Dibujos presentado en el Museo de Bellas Artes de Caracas en 1965 [véase archivo digital ICAA (doc. no. 1156779)].