La entrevista realizada por la periodista Lucila Velásquez (n. 1928) se publica con motivo de la exposición Mitificaciones, muestra individual del pintor venezolano Oswaldo Vigas (n. 1926) organizada en Caracas por la Galería Mendoza en 1970. Constituye un balance en su obra y, si se quiere, el ingreso de su propuesta pictórica en un período de “apaciguamiento”. Esto tras una etapa de desenfreno en el manejo de formas y recursos expresivos —que ya había señalado el crítico francés Gaston Diehl (1912–99) en su libro Oswaldo Vigas (Caracas: Armitano Arte, 1990). Habría un nuevo sentido de la estructura donde se articulan las formas, un ejercicio de abstracción a partir de temáticas recurrentes que entonces caracterizan la propuesta de Vigas. Los motivos e ideas del pasado fueron sometidos a una depuración que, en opinión de Velásquez, es sinónimo de madurez en su lenguaje artístico. El proceso no es visto como una experimentación, sino como producto de sus antecedentes. Vigas admite preocuparse por un “producto definitivo” y más acabado, en comparación con etapas anteriores. Esto es, un ejercicio necesario para la incursión en el ámbito de los tapices que acometería poco tiempo después. Su postura, reacia ante la noción de “búsqueda”, resurgirá en la década de ochenta, al manifiestar su desacuerdo con Manuel Quintana Castillo, abogando, en cambio, por una defensa de la creación frente al experimento. Vigas establece diferencias entre las dinámicas de “búsqueda” y “hallazgo” en los procesos creativos (M.C. “Detesto la palabra búsqueda”, en El Nacional, Caracas, 18 de octubre de 1984, C-18; y del propio Vigas, el artículo “Lo que se tiene no se busca...”, publicado en El Universal, Caracas, 2 de noviembre de 1984, 4-1). En torno a su obra se encuentran disponibles tanto el texto de Marta Traba como el de Roberto Guevara [consúltese el archivo digital ICAA, “Oswaldo Vigas / Pinturas 1943 – 1973” (doc. no. 1106962) y “Vigas: proceso abierto” (doc. no. 1152753), respectivamente].