En mayo de 1947, la publicación de Expresión de principios de la Agrupación Espacio —el grupo constituido por arquitectos, artistas, escritores e intelectuales peruanos— marcó el inicio simbólico del modernismo artístico y arquitectónico en el Perú, al otorgarle un alcance generacional del que habían carecido los anteriores intentos renovadores. [Véase en el archivo digital ICAA (doc. no. 1126309)]. Poco tiempo después, algunos de sus adherentes evidenciaron la radicalidad de la propuesta, buscando superar la estrechez de la plástica local por medio del ejemplo —asimilado a través de libros y reproducciones— de los grandes maestros de la modernidad. El mismo mes en que apareció Expresión de principios, uno de sus signatarios, Fernando de Szyszlo (n. 1925), realizó su primera muestra pictórica individual en el ICPN (Instituto Cultural Peruano Norteamericano) de Lima, donde exhibió obras con clara influencia de Pablo Picasso y Rufino Tamayo. La muestra fue elogiada por críticos progresistas como Juan Barreto (1913–91) [ver “Nota de arte: primera exposición de Fernando de Szyszlo”, de Juan Barreto (doc. no. 1151195)] —pintor afiliado al modernismo formalista del “retour à l’ordre”— y Jorge Eduardo Eielson (1924–2006), uno de los poetas y artistas jóvenes más talentosos del momento [consúltese “Primera exposición de Fernando de Szyszlo”, de Jorge Eduardo Eielson (doc. no. 1151211)]. En 1948, Eielson y Szyszlo presentaron una muestra conjunta en la Galería de Lima, dentro de esta misma actitud experimental que entonces pretendió incorporar elementos precolombinos, mediatizados por vanguardias europeas [consultar de Antonio Flórez Estrada, “Exposiciones de Szyszlo y Eielson”, (doc. no. 1151263)].
La propuesta fue promovida por el crítico y periodista Samuel Pérez Barreto (1921–2003), como salida a la dicotomía entre modernidad y localismo. El mismo año, Eielson partió a Europa becado por el gobierno francés, donde logró una destacada carrera como poeta y artista plástico. En 1949 y antes de viajar a París, Szyszlo presentó su última individual; estando allá, terminó por adscribirse a la abstracción cosmopolita Esa muestra provocó un áspero comentario de Carlos Raygada (1898–1953), prestigioso crítico local, quien atacó su dependencia extrema de modelos apenas conocidos sólo vía reproducciones. [ver de Carlos Raygada, “Exposición Szyszlo” (doc. no. 1151246)]. Con estos comentarios (positivos o adversos), la crítica peruana asumió una posición intransigente frente al ingreso de lenguajes experimentales que adulteran formatos y circuitos de la plástica “seria”.