Declaraciones de los pintores Luis Ugarte, Francisco Olazo, y del poeta y artista César Moro, recogidas por el semanario Cascabel, de Lima, cada una de las cuales está precedida por una reseña de la trayectoria del entrevistado. En agosto de 1935, el semanario Cascabel de Lima publicó un violento artículo en el que se cuestionaba los métodos de enseñanza de la ENBA (Escuela Nacional de Bellas Artes), así como la orientación dogmática indigenista impuesta por su director, José Sabogal (1888–1956). Al texto sucedieron otras dos entregas, en las cuales se recogían más críticas contra la ENBA, ahora formuladas por artistas de tendencias heterogéneas, desde academicistas epigonales —como Luis Ugarte (1877–1948) y Francisco González Gamarra—, hasta la figura insular de César Moro (1903–56), el vanguardista más radical del medio artístico peruano. Entre ambas posiciones, se ubicaban una serie de personalidades que desarrollaban pictóricamente temática vernácula pero independiente de la estética promovida por Sabogal (el pintor Domingo Pantigoso y el escultor Romano Espinoza Cáceda, entre ellos). El encargado de aglutinar todas estas opiniones fue el periodista y escritor Ernesto More, quien dio así el paso inicial para generar un bloque que contrarrestara la presencia excluyente del indigenismo en la ENBA. Amigo y apologista de César Vallejo, More se familiarizó con las tendencias artísticas modernas a partir de su estadía en Europa (1927–28), en viaje realizado junto con su hermano Carlos, pintor autodidacta. De hecho, este último artista marcó en 1930 el primer deslinde explícito con el indigenismo, proponiéndose conciliar —con resultados más bien discretos— la representación del país por medio de una comprensión formalista de la plástica. El ataque contra Sabogal se enmarcaba en la línea editorial del semanario, dirigido por Federico More –hermano de Ernesto y Carlos-, polémico periodista que apostaba por una modernización radical que dejara atrás lo indígena e hispano tradicionales, al mismo tiempo que se promovía una idea de identidad local basada en manifestaciones populares urbanas. Al margen de César Moro, los artistas entrevistados concordaron en su demanda por auspicio oficial y centros de enseñanza plástica alternativos. Lejos de cuestionar la necesidad de una formación académica, ellos exigían encontrar espacio para sus propuestas en la ENBA, el único marco institucional existente para las artes peruanas en aquel momento. En enero de 1936, Ernesto More publicó un último artículo ostensivamente contra la ENBA, en el que atacó los resultados de la exhibición anual de sus alumnos. Sin embargo, junto a su hermano Carlos, siguió promoviendo la organización de un bloque de oposición a los Indigenistas, el cual terminó de definirse al año siguiente, con el retorno de Ricardo Grau al Perú y la organización del Primer Salón de Independientes (1937). [Véase en el archivo digital ICAA los textos: “Varios artistas opinan que es absolutamente necesario reformar los Institutos de arte en el Perú” (doc. no. 1143159) por Ernesto y Federico More Barrionuevo; “La pintura peruana”, por Luis Miró Quesada G. (doc. no. 1143372); “Comprobando netamente nuestro juicio y los de nuestros artistas, la Escuela de Bellas Artes, en su exposición de clausura, ha puesto de manifiesto su fracaso”, por Ernesto More (doc. no. 1143228); “Dieciséis años que la llamada Escuela de Bellas Artes, hace como que trabaja, y se consume estérilmente con el dinero del Fisco sin rendir ningún resultado: Como se asfixia el arte”, por Ernesto More (doc. no. 1143210)].