Lina Bo Bardi (de soltera, Achillina Bo, 1914−92) emigra en los años de posguerra de Italia. A inicios de la década de los cincuenta, la arquitecto se radica en Brasil con su marido, el marchand Pietro Maria Bardi (1900−99), quien, con el empresario Assis Chateaubriand, concibe la idea del MASP (Museu de Arte se São Paulo). Lina, entonces, pasa a dirigir la revista de arte Habitat, publicación del MASP. Al año siguiente, en 1951, y conjuntamente con su esposo, funda el curso de diseño industrial en el IAC (Instituto de Arte Contemporânea) del propio museo, donde ella se desempeña también como docente. Entre 1959 y 1964, vivió en Salvador (Bahía), época en que dirige el MAMB. Como antes en el MASP paulista —donde era responsable de la programación y de las acciones didácticas—, su gestión en el MAMB reitera el cometido con exposiciones sobre historia del arte, muestras de artistas contemporáneos incluso internacionales y de diversas tendencias, además de la revaloración de la cultura popular del “nordeste” brasileño. Bo Bardi promovía cursos regulares de arte, música, cine y teatro, talleres de diseño industrial y artesanías populares. Sus acciones dinamizan el medio artístico de esa región del país, poniendo a los artistas locales en contacto con personajes de renombre en el arte contemporáneo. Hacia 1963, se inaugura el Museu de Arte Popular con piezas de diferentes zonas del país. El golpe castrense del año siguiente desmantela esos proyectos museísticos. Véanse al respecto los artículos de Lina “Formas como escultura” [doc. no. 1110858]; “Museu de Arte Moderna da Bahia” [doc. no. 1110860]; y “Técnica e arte” [doc. no. 1110861].
Lina Bo Bardi fundó y dirigió en Salvador (Bahía) el MAMB de 1960 a 1964. Su actividad museográfica se integra en el debate cultural que forma la vanguardia de esa ciudad en la década de los sesenta cuando empezaban a sobresalir artistas de la talla de Glauber Rocha (cine) y Caetano Veloso (música). La arquitecto convirtió el espacio museístico en un ambiente de difusión de la cultura y del movimiento contemporáneo en las artes, así como de la cultura popular de esa región “nordestina” del país. A su juicio, el objetivo de amalgamar tales universos de conocimiento vendría a consolidar una idea nueva de “civilización”. El MAMB, a su cargo, estaría orientado hacia el contenido en formación y bajo una constante transformación. Los conflictos sociopolíticos y culturales del Brasil, en aquel período álgido de la historia brasileña, fueron impregnando las actividades del museo. Hasta tal punto que, con la irrupción del golpe militar fascista (que se prolongará más de dos décadas), es acusada de “subversión”. Es alejada del cargo y el proyecto de museo-escuela de diseño industrial es abandonado a su suerte.