La nota permite la circulación del pensamiento de Luis Felipe Noé (n. 1933) en Brasil, sobre todo respecto al éxodo de los artistas latinoamericanos. El artículo cobra actualidad ya que oportunamente señala ese mismo proceso que cobraba auge con artistas brasileños.
En este caso, uno de los motivos primordiales fue inicialmente político debido al golpe militar (1964-85) que aniquila —más allá de la censura— gran parte de las garantías civiles. El asunto se acentúa al máximo al final de la década de sesenta —con el decreto del Ato Institucional no. 5 (1968), que anula, de hecho, las garantías civiles previamente otorgadas por la Constitución. La revista Mirante das Artes denunciaba indirectamente el asunto con esta nota de un artista Del Rio de la Plata; sin embargo, lo hizo de manera más directa cuando reseña la diáspora artística nacional encabezada, en aquel momento, por artistas como Wesley Duke Lee, Antonio Dias, Roberto De Lamônica, entre otros [véase al respecto archivo digital ICAA: “Numa nota da seção Pintura & Escultura” (doc. no. 1111180) y “HIRSCH: fugitivo do Brasil, malgré soi” (doc. 1111195)].
A partir de esas fechas —finales de los sesenta— una buena cantidad de artistas brasileños por su propia voluntad o con invitación de críticos o instituciones en el extranjero se dirigen a los centros de Nueva York, Londres, París o Milán, procurando restituir internacionalmente el camino trazado para sus carraras. Ante este panorama sombrío, muchos de los artistas sólo volverán a pisar territorio brasileño con la Amnistía de 1978.
La revista Mirante das Artes se publicó en São Paulo entre los años de 1967 y 1968, período en el que se publicaron 12 números. El editor era Pietro Maria Bardi, director del Museu de Arte de São Paulo (MASP). Tuvo un carácter amplio, digamos democrático bajo las condiciones políticas que vivía el país. Cabe añadir, que en medio a miedo instituido por la Censura Federal, la mejor manera de hacer sentir la problemática interna (en la política y en las artes) era el dejar que el asunto traspareciera a través de informaciones provenientes del exterior sobre desarrollos similares.
Después de participar en el grupo Otra Figuración (1961-64), Luis Felipe Noé abandona la pintura de manera radical tras una muestra en la sucursal neoyorquina de Galería Bonino (1965). En esas fechas publica la otra faceta marcante de su personalidad contestataria, Antiestética, un libro donde levanta de manera precisa y, por momentos, teorizante, sus ideas sobre asuntos similares al de esta nota —“La nacionalidad del arte”, “El proceso contemporáneo”— al mismo tiempo que hurga en su propio filón teórico: “El movimiento permanente” o bien “El caos como estructura”, etcétera. Noé retoma la pintura en un mal momento (1976), cuando otro golpe militar en la Argentina lo obliga a irse al exilio a París. En la actualidad, es un pintor reconocido en su país y radica en Buenos Aires.