Propietario de la mayor cadena de medios de comunicación del país, el ítalo-brasileño Assis Chateaubriand (1892–1968) fue una de las figures públicas de mayor influencia en Brasil en las décadas de cuarenta y cincuenta, habiendo sido un notable periodista y luego empresario, promotor de las artes e incluso político. Chateaubriand tuvo en vista un muy claro proyecto modernizador de la cultura en el estado donde operó: São Paulo. El paso siguiente que lo motivó fue el de desplazarse con sus ideas sobre el arte a escala nacional, según lo discutido en el presente artículo.
Assis Chateaubriand —en intensa colaboración con Yolanda Penteado (1903–83), heredera del café y mujer del influyente industrial ítalo-brasileño Francisco (“Ciccillo”) Matarazzo— jugó un rol esencial para el establecimiento del Museu de Arte Moderna de São Paulo (MAM-SP). Es a partir de 1965 que ambos, Chateaubrian y Penteado se empeñan decisivamente en la fundación de esos museos regionales. El antecedente que tuvieron al respecto, fue el Museu de Arte Moderna da Bahia que implanta en Salvador (la capital del estado) la arquitecto Lina Bo Bardi [véase archivo digital ICAA, “Bahia: Museu de Arte Moderna” (doc. no. 1111193) y “Cinco anos entre os ‘Brancos’” (doc. no. 1111192)]. Casualmente, Lina Bo fue una pieza fundamental para la infraestructura del MASP, dirigiendo la revista HABITAT y fundando el curso de diseño industrial en el IAC (Instituto de Arte Contemporânea), integrado al propio museo paulistano.
En la misma época (mediados de los sesenta) el Museu de Arte Moderna de São Paulo hace un pedido en la Justicia para quedarse con el acervo que Doña Yolanda Penteado dono al Museu de Arte Contemporânea da Universidade de São Paulo. Según la historiadora del arte, Maria Cecília França Lourenço, en el libro Museus acolhem Moderno (2000), los museos participantes del pedido reiteraban en artículos de periódico uno de los principios básicos del proyecto; esto es, formar colecciones de arte brasileño que pudieran viajar por el país viabilizando así un buen intercambio de valores artísticos entre las diversas regiones. A su juicio, es fundamental el poder ejercido por la prensa bajo el control de Chateaubriand (los Diários Associados), cuya ostensiva manipulación logra que el mecenazgo, los artistas y sus familias donen obra, En efecto, el propio Chateaubriand pretendía promover aún, dentro del mismo proyecto, exposiciones de arte brasileño en el extranjero.
Respecto a un artículo posterior que sopesa el resultado de los museos regionales, ver “Os museus regionais de Chateaubriand” (doc.no. 1111197).