La colección ABC – Arte Brasileira Contemporânea, que lanza en 1978 la FUNARTE (Fundação Nacional da Arte) se convirtió en referencia bibliográfica pionera sobre la producción brasileña de las décadas de los sesenta y setenta. A lo largo de sus dieciséis años, la serie publicó pequeños volúmenes sobre artistas tales como Anna Bella Geiger, Carlos Vergara, Rubens Gerchman, Arthur Barrio, Antonio Dias, Wesley Duke Lee, Lygia Clark, Cildo Meireles, Waltércio Caldas, Lygia Pape y Antonio Manuel. Entre los autores que escribieron al respecto, destacan: Ronaldo Brito, Paulo Sérgio Duarte, Fernando Cocchiarale, Hélio Oiticica, Mário Pedrosa, Paulo Venâncio Filho, Frederico Morais y Ferreira Gullar, entre otros.
Lygia Pape surge en el ambiente artístico de Río de Janeiro en los años cincuenta, vinculándose tanto a la abstracción como al arte concreto. La artista es una de las protagonistas del llamado Neoconcretismo y cumplirá un destacado papel en las poéticas experimentales de los años sesenta, bajo el signo de la Nova Objetividade Brasileira (1967), convirtiéndose en los setenta en una de las principales artistas contemporáneas del Brasil. [Respecto al movimiento Neoconcreto, véanse en el archivo digital ICAA los textos: de Ronaldo Brito “Neoconcretismo” (doc. no. 1091308); y de Ferreira Gullar et al. “Manifesto Neoconcreto” (doc. no. 1110328)].
El intelectual y político Mário Pedrosa (1900–81) es, sin lugar a dudas, el teórico y crítico vertebral del arte brasileño en el siglo XX. Fue inicialmente redactor de política internacional para el Diário da Noite, afiliándose desde la década de 1920 al PCB (Partido Comunista Brasileño). Estuvo preso en 1932 por su militancia política (entonces trotskista). Durante el Estado Novo getulista, vive el exilio en Francia y Nueva York, y sólo regresa al Brasil en la posguerra, colaborando en el Correio da Manhã. Su antiestalinismo lo lleva a fundar el semanario Vanguarda Socialista. Presenta una tesis de docencia en estética, “Da natureza afetiva da forma na obra de arte” (1949), en la Faculdade de Arquitetura (Río), donde coloca todo su bagaje filosófico y de sicología de la Gestalt, siendo en esa época uno de los fundadores de la AICA (1948) y organizador del Congreso Internacional de Críticos de Arte (Brasilia, 1959). Escribe la columna de crítica de arte en Tribuna da Imprensa (1950–54) y, en esa década, es miembro organizador de la II y III bienales de São Paulo (1953 y 1955), pasando a dirigir el MAM-SP (1961–63). Es secretario del Consejo Nacional de Cultura en el breve gobierno de Jânio Quadros. Durante la dictadura militar se refugia en Chile y pasa a dirigir en Santiago el Museo de la Solidaridad; tras el golpe de Pinochet (1973) parte a La Habana como secretario del Museo de la Resistencia Salvador Allende. Sólo regresa al Brasil en 1977 (durante los inicios de la Amnistía) y es el primero en firmar el manifiesto de creación del PT (Partido dos Trabalhadores, 1980). Su vastísima biblioteca (8 mil volúmenes) está parcialmente accesible en la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro.