Los artistas Mônica Nador, Sérgio Romagnolo, Leda Catunda y Ana Tavares participaron, junto con Ciro Cozzolino y Sérgio Niculitcheff, de la exposición Pintura como Meio, organizada en 1983 en el Museu de Arte Contemporânea da Universidade de São Paulo bajo la dirección, entonces, de Aracy Abreu Amaral (n. 1930), historiadora y crítica de arte. Desde 1975, Amaral ha venido desarrollando un interés específico sobre el arte en América Latina, habiendo participado del Simposio de Austin, en Texas, y desde entonces allegándose a críticos latinoamericanos (Marta Traba, Juan Acha, Damián C. Bayón, entre otros). De ellos emana su interés por el aspecto “identitario” del arte, que estuvo muy en boga en la década de los setenta. A su juicio, en un texto de Amaral —“ Modernidade e identidade: as duas Américas Latinas ou três, fora do tempo” [véase doc. no. 776159]— “‘lo nuevo’ se impregna de la obligatoriedad de autoafirmación y está estrechamente vinculado al asunto de “lo nacional”, de “lo popular” y del “internacionalismo”. En otro texto suyo [doc. no. 776227], Amaral hace un comentario sobre la ambigüedad que detenta el término “arte” a lo largo de la América Latina; reconociendo, sin embargo, la formación de una identidad colectiva, así como la naturaleza “híbrida” de las diversas culturas en juego.
Su gestión en el MAC de la Universidade de São Paulo vino a fortalecer el enfoque de la administración anterior a cargo del profesor Walter Zanini (1925–2013): impulsó a las nuevas generaciones y el destaque en la obra experimental y de investigación, más allá de la pintura y escultura convencionales. Véase al respecto un ensayo de este último sobre una de las artistas de la llamada Geracão 80: “Mônica Nador” [doc. no. 1111277].
Se considera a la muestra mencionada como la primera evidencia, en Brasil, de ese retroceso vanguardista alimentado mercantilmente en los ochenta y conocido como “regreso a la pintura” —en la vanguardia histórica esa situación tuvo el nombre de “retour à l’ordre”—. En el caso de los brasileños, antes indicado, se atuvo a los moldes de las vertientes internacionales de la transvanguardia (alentada por el crítico italiano Achille Benito Oliva, ABO) y a la tendencia llamada “neoexpresionismo”. El grupo reunido en esta muestra tuvo su formación en manos de un par de profesores-artistas vinculados a la FAAP (Fundação Armando Álvares Penteado), en São Paulo.
La muestra Arte Híbrida reúne, de nuevo, a estos tres artistas a los que se suma la propuesta de Mônica Nador, artista para la cual “lo híbrido” —aún en mutación o impuro— implica un factor inherente al arte brasileño. Véase al respecto, también, la perspectiva personal de Romagnolo en su texto “Arte híbrida”, uno de los capítulos de su libro del mismo nombre (Río de Janeiro, São Paulo y Porto Alegre, FUNARTE, MAM-SP, BFB, 1989).