El artículo del curador y crítico de arte Miguel González (n. 1950) es publicado junto al texto “I Bienal de Bogotá ¿Corriente de aire fresco?” [véase doc. no. 1098354] del historiador y crítico Germán Rubiano (n. 1938). En ambos documentos se ponen sobre la mesa las fallas y aciertos de esa primera versión del evento. Es importante señalar que González era, en su momento, el curador del Museo de Arte Moderno La Tertulia de Cali e hizo parte del comité de selección y premiación. Sin embargo, no duda en citar los aspectos negativos que percibió en la Bienal. Por su lado, Rubiano se dedica a cuestionar las “críticas desmedidas” al Salón Nacional que hizo Eduardo Serrano (n. 1939) cuando presentó el evento desde su condición de curador del Museo de Arte Moderno de Bogotá. Asimismo, analiza varias de las obras exhibidas y plantea preguntas con base en la diversidad de lenguajes plásticos empleados en las obras. Es interesante destacar, cómo ambos críticos categorizan por grupos las obras para hacer sus comentarios; de alguna manera, en busca de los vasos comunicantes entre ellas y que, al parecer, no se hicieron evidentes en el montaje curatorial.
La Iª Bienal de arte de Bogotá se llevó a cabo del 1 de septiembre al 9 de octubre de 1988. El Museo de Arte Moderno estaba a cargo de la gestora cultural Gloria Zea, quien abre este espacio para dar a conocer las últimas propuestas de las artes visuales en Colombia. La Bienal causó controversia en el ámbito artístico y en la crítica por implicar un evento competitivo para el Salón Nacional de Arte que, para 1988, celebraba ya su trigésima tercera versión.
Para ampliar la información sobre la Bienal y la crítica que suscitó la muestra [véase el texto que presentó el catálogo I Bienal de Arte de Bogotá [véase doc. no. 1098322]; además del especial publicado en la revista Arte Internacional, “I Bienal de Arte de Bogotá” [doc. no. 1098306] y el de Germán Rubiano antes mencionado en este comentario.