El catálogo reseña el (1) Primer Salón Intercol de Artistas Jóvenes (1964). Plenamente ilustrado, el documento está compuesto por cinco partes fundamentales: La carátula con una fotografía de la exposición, alojada por la primera sede del Museo de Arte Moderno de Bogotá – MAM; la referencia a las directivas del Museo para 1964; una introducción explicando las motivaciones del evento y su importancia para la escena tanto local como latinoamericana; la enumeración de 76 de las 78 obras que finalmente fueron seleccionadas para el concurso, junto a la fotografía en blanco y negro de ocho de ellas; y, finalmente el acta que documenta la deliberación del jurado compuesto por Marta Traba, José Gómez Sicre y Alejandro Obregón. Además de mencionar los artistas ganadores, describe pautas seguidas en el proceso de selección y de la premiación.

Este catálogo es la evidencia para Colombia de una oleada de arte latinoamericano, emergente entre 1964 y 1965, avalada por la Organización de Estados Americanos (OEA) y financiada por la empresa petrolera multinacional ESSO.  

El Primer Salón Intercol de Artistas Jóvenes (1964) convocó a artistas colombianos menores de treinta y cinco años. La organización y los resultados estuvieron mediados por los intereses de tres pilares institucionales que patrocinaron el evento, personificados en el jurado calificador: Marta Traba (1923–83), quien representó al Museo de Arte Moderno de Bogotá, Alejandro Obregón Rosés (1920–92), a nombre de la International Petroleum Company (Intercol) y José Gómez Sicre (1916–91), representante de la División de Artes Plásticas de la OEA. Por decisión unánime, el primer premio de pintura fue para Fernando Botero (nac. 1932) y el segundo para Nirma Zárate (1936–99). Hubo menciones de honor y premios de adquisición, también, para artistas tales como Carlos Rojas (1933–97) y Beatriz González (nac. 1938). En escultura, la galardonada fue Feliza Burztyn [sic] (1933?82); a su vez, Francisco Cardona y Álvaro Herrán (nac. 1937) obtuvieron ambos el segundo lugar. Los ganadores, además de una retribución monetaria, participaron de un salón de arte joven latinoamericano en Washington, DC, sede de la OEA. 

Este salón sería un primer lanzamiento tanto a la escena local como a la internacionalización de una generación de artistas, los cuales, durante la década de los sesenta, vendrían a resignificar la escena colombiana con sus propuestas plásticas. Exceptuando a Botero, ninguno de los premiados había logrado reconocimiento en los Salones Nacionales; esto cambia un año después cuando, en 1965 e impulsados por Traba, adquieren visibilidad artistas como Beatriz González, Feliza Bursztyn y Carlos Rojas. 

Para otros documentos relacionados, véase “Salón Esso de Artistas Jóvenes: Patrocinado por la Unión Panamericana y Esso” [doc. no. 1091951] y Marta Traba, “Primer Salón Intercol de Artistas Jóvenes”, [doc. no. 1097966].