Este artículo que hace referencia al Primer Salón de Arte Femenino, escrito por el colombiano crítico de arte y escritor Enrike Torregroza para el periódico El Siglo en junio de 1951, es una aproximación (no tan crítica) del certamen como la hecha por otros comentaristas del momento tales como como el vienés Walter Engel (1908–2005) o el polaco Casimiro Eiger (1909?1987), ambos radicados en Colombia, pues este documento destaca ante todo la realización de dichos eventos en donde se exalta la participación de la mujer en la construcción de una identidad nacional por medio del arte. Elemento criticado por Eiger y Engel, al recalcar no ser necesario este tipo de muestras de género para ilustrar la participación activa de la mujer en el desarrollo del arte local. Tómese en cuenta que, para ese momento, artistas como Débora Arango (1907?2005), Lucy Tejda (1) (1920?2011), Beatriz Daza (1927?68), colombianas y la boliviana Sofía Urrutia (1912?2002), entre muchas otras, ya eran conocidas en el ámbito local y sus obras evidenciaban nuevos enfoques a la plástica distantes completamente del academicismo y del ideal de la mujer: hogareña y conservadora de las buenas costumbres.
Contrariamente para el autor, la realización de este tipo de exhibiciones contribuía al desarrollo del arte nacional, mostrando la participación femenina en el mismo. El hecho de que muchas de las artistas fueran aficionadas al oficio primaba en este evento y, en palabras de Torregroza, se imponía “un temperamento artístico por sobre el temperamento femenino”. Esto ilustraba cómo, para un sector de la sociedad colombiana, este tipo de eventos de género eran vitales en la consolidación de una identidad nacional; poco importaba que muchas de las obras exhibidas no fueran más que ensayos o simples ejercicios surgidos de una parte ínfima de las mujeres de la sociedad colombiana en los años cincuenta.
Es importante complementar dicho artículo con los artículos realizados por Walter Engel (2) “La Primera Exposición de Arte Femenino” El Tiempo (1951), referenciado en el catálogo del Primer Salón de Arte Femenino [véase doc. no. 1097738], así como el de Casimiro Eiger “Salón Femenino”, publicado en Crónicas de Arte Colombiano, (Bogotá: Editorial Banco de la República, 1995) [véase doc. no. 1091861].