La importancia del documento radica en que el crítico de origen polaco Casimiro Eiger (radicado en Colombia desde 1943) sostiene una discusión en torno al arte adjetivado como “femenino”. El crítico se pregunta por la legitimidad del término y las condiciones que lo definieron. De una manera muy acorde con la mirada formalista que dio a la producción local, Eiger asumió el problema desde una perspectiva que comprendió la práctica artística como una disciplina que ahonda estrictamente en elementos estéticos permanentes y universales.
Eiger escribió este texto para la alocución del 22 de junio de 1951 en el programa “Exposiciones y museos” de la Radiodifusora Nacional de Colombia, donde trabajó como comentarista y crítico de la escena artística, a partir de 1948.
El crítico hizo un aporte significativo para el discurso de las artes plásticas en Colombia, consistente en haber hecho un intento por comprender la producción artística local en relación con la historia occidental del arte. Eiger dio a conocer nombres y procesos como referentes para los hechos y problemas que trataba en sus críticas y opiniones. Para el caso específico de este texto, presenta algunos ejemplos de mujeres en la historia del arte occidental: una integrante de los hermanos Van Eyck, Angelica Kauffmann, madame Vigée Le Brun, Rosa Bonheur, Berthe Morisot y Suzanne Valadon.
La discusión continuó con exposiciones posteriores donde participaron mujeres artistas y cuya recepción crítica promovió la discusión en torno al concepto de “feminidad” o de “lo femenino” (véase, al respecto, “Pintoras colombianas”, doc. no. 1080517, y “Tres pintoras colombianas en la Unión Panamericana”, doc. no. 1080244).