En el capítulo “Las huellas de la guerra” (2003), el historiador colombiano Gonzalo Sánchez G. reflexiona sobre las relaciones “muy complejas y alusivas” de la trilogía (1) Guerras, Memoria e Historia y su incidencia tanto en los procesos de construcción de identidad en Colombia como en las representaciones o sus imaginarios como nación. En suma, trátase de un problema de memoria. El autor establece una cronicidad de la guerra en el país destacándolo como una característica excepcional en América Latina, la cual, además de los impactos políticos y económicos, produce otros de orden social y cultural. Reconoce que existe una “cultura de la violencia”, manifiesta como “tendencia identificable, explicable y recurrente”. Aclara que, en Colombia, la palabra memoria está relacionada con la fractura, con la división y con los desgarramientos de la sociedad, a diferencia del enfoque europeo que asocia “memoria” con conmemoración, culto al pasado o ritual heroico. Finaliza Sánchez con un análisis sobre el carácter particular de las amnistías e indultos habidos en el país.

Este texto del historiador y sociólogo colombiano Gonzalo Sánchez (nac. 1945) es importante para comprender el arte contemporáneo en un país que está estrechamente relacionado con la violencia, la historia y la memoria, porque contextualiza el caso particular de nuestra “cronicidad de la guerra”; además de aclarar algunos de sus elementos culturales. El texto, inscrito en el libro Guerras, memoria e historia (2003), proviene de la disciplina de las ciencias sociales; esto es, fue construido a partir de investigaciones precedentes en Colombia y presenta varias afinidades con el arte. 

En los años noventa cobraron fuerza las representaciones e interpretaciones de nuestro conflicto armado desde varias perspectivas. Visualmente, los imaginarios individuales y colectivos se plasmaron entonces a través de evocaciones universales. Por un lado, la fotografía como “memento mori” (Susan Sontag), en el caso del artista colombiano Rodrigo Facundo (nac. 1958), Instantes y huellas (1991) y, por el otro, transformaciones poéticas de la materia y el espacio como en Atrabiliarios (1993) de la artista colombiana Doris Salcedo (nac. 1958), entre otros.  

Este capítulo es apropiado, además, para complementar la lectura de los documentos escritos por artistas colombianos. O sea, textos tales como la “Ponencia en el Museo Nacional de Colombia” (2003) de Doris Salcedo [véase doc. no. 1088508]; “Cuerpo gramatical”(2006) de José Alejandro Restrepo [doc. no. 1091816]; y “Mirada y paisaje”(2004) de Juan Fernando Herrán [doc. no. 855638].

A Gonzalo Sánchez le han atribuido el texto “La violentología como destino” (Pardo, Orlando 1995), de modo tal que su trayectoria y dedicación al tema lo convierten en una de las personalidades del país más informadas sobre tema. Este capítulo fue uno de los componentes para su “Doctorado por obra” en la École d’Hautes Études [Escuela de Estudios Avanzados] de París, nutriendo, incluso, la atmósfera intelectual del grupo Democracia, Nación y Guerra, coordinado por el autor desde el Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (IEPRI) de la Universidad Nacional de Colombia, bajo patrocinado de la Dirección de Investigaciones, de la misma alma mater.