La ponencia reseñada cobra importancia por las siguientes razones: es uno de los primeros documentos (escrito y presentado públicamente por la autora) sobre la conceptualización de su trabajo artístico; identifica las bases poéticas y teóricas en su trabajo, a saber Paul Celan (1920–1970), Emmanuel Levinas (1906–1995), Jacques Derrida (1930–2004), Michael Foucault (1926–1984) y Franz (3) Rosenzweig (1886–1929). Además, presenta la tesis principal de su trabajo plástico: la conexión del sistema de representación metafórico de su escultura con los testimonios de procesos de violencia a los que se ve enfrentada parte de la sociedad civil colombiana, configurando su trabajo en la discusión por la memoria colectiva.
Para la escultora colombiana Doris Salcedo (nac. 1958) su trabajo se define como una observación metafórica sobre las circunstancias del espacio público y la imposibilidad de la memoria en Colombia. Considera la artista que: “como escultora (…) trato —en vano quiero subrayar este ‘en vano’— de buscar y darle sentido a unos hechos brutales. Mi trabajo es un intento de hacer inteligible esta realidad violenta, inestable y discontinua” a través de la construcción de imágenes que interpelen el “conocimiento colectivo del pasado”.
A finales de la década de los años ochenta, Salcedo fue reconocida en el Salón Nacional de Artistas. Desde aquel momento comenzó el desarrollo de su trabajo escultórico fundamentado en las experiencias de la violencia en Colombia. Desde esta perspectiva, es reconocida por piezas como Atrabiliarios (1992), (4) La Casa Viuda (1992–1995), la serie Unland (1997), Acto de Memoria (2002) e Istanbul Project (2002). Ha expuesto en el Tate Gallery de Londres, el Centre Georges Pompidou de París, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid; además, ha participado en la octava Bienal de arte de Estambul (2003) y en la 11 Documenta de Kassel (2002).