Este documento refleja todo el ideario constructivo que orientó una buena parte de la producción artística brasileña en la década de los cincuenta. En aquella época, diversos sectores de la sociedad —empresarios, políticos, artistas e intelectuales— apostaron en la industrialización como solución sine qua non de los problemas socioeconómicos del país. Aquellos artistas que optaron por su alineamiento con las poéticas constructivas procuraban un arte de comunicación “objetiva” capaz de ser difundido por medio de la industria nacional. Waldemar Cordeiro (1925–73) le asigna un carácter didáctico al arte moderno (al concretismo, en particular) creyendo ser capaz de crear una conciencia más apta para la comprensión de los nuevos desafíos del mundo moderno. Desde 1947, Luiz Sacilotto (1924–2003) se vinculó a algunos artistas en torno a Cordeiro, aglutinados —por él tras su reciente llegada de Roma, donde nace y se forma— para discutir tendencias abstractas y el cual irrumpe en la escena artística brasileña (1952) tras la primera bienal paulistana como “grupo ruptura” (con minúscula, como ilustra el propio logotipo de su manifiesto). Nótese, aquí, que el mismo argumento usado para subrayar en la obra de Sacilotto que “no existe continuidad entre el arte del pasado y el actual”, será integrado meses después al propio “manifesto ruptura”.
[Como lectura complementaria, véanse en el archivo digital ICAA de Charoux, Cordeiro, de Barros, Féjer, Haar, Sacilotto y Wladyslaw el manifiesto “ruptura” (doc. no. 771349) y su manuscrito (doc. no. 1232213); de Décio Pignatari “Seja breve: Décio Pignatari escreve resenha-depoimento sobre o artista plastico Luiz Sacilotto” (doc. no. 1233093) y “Sacilotto: expressões e concreções” (doc. no. 1087263); de Frederico de Morais “Sacilotto: obras selecionadas: de 24 de maio (quarta-feira) a 24 de junho de 1995” (doc. no. 1233108); y de Enock Sacramento “Luiz Sacilotto, nosso artista em Zurich” (doc. no. 1233137)].