En 1978, el Ministerio de Desarrollo Urbano se compromete a construir una sede para el TAGA (Taller de Artistas Gráficos Asociados) y esta es la información del artículo de la periodista Mara Comerlati (n. 1952). El TAGA, creado en 1976, no había podido operar por la falta de una sede donde funcionar, de allí el optimismo y la esperanza manifiesta en la entrevista a la grabadora venezolana Luisa Palacios (1923–90), directora y principal promotora del TAGA. Es necesario añadir que la sede prometida formaba parte de un complejo museístico propuesto para la GAN (Galería de Arte Nacional) que, desde 1976, operaba provisionalmente en la antigua sede del Museo de Bellas Artes de Caracas. El proyecto del arquitecto Oscar Tenreiro fue propuesto en 1977 y la construcción se había pensado ubicarla entre los sectores de Caño Amarillo y El Calvario de la capital venezolana. Anexa a este conjunto museístico, se promete entregar la sede al TAGA en abril de 1979; sin embargo, por diversas circunstancias, ambos no se llegan a construir. Era evidente que el TAGA buscaría otra sede para albergarlo y esta sólo se ubicó en 1980, en una antigua casa en la urbanización Los Rosales, vinculada a la familia Zuloaga, donde actualmente continúa su labor. Es por ello que el TAGA se vio íntimamente vinculado (desde sus inicios) a las raíces más fuertes de la gráfica venezolana: Luisa Zuloaga de Palacios y Elisa Elvira Zuloaga.
Respecto al TAGA, consulte el ensayo crítico de Bélgica Rodríguez “El TAGA: un sueño de verdad” [doc. no. 1068980]; dos artículos periodísticos más de Comerlati: “El TAGA le ofrece al artista la libertad de crear” [doc. no. 1101412] y “Al reencuentro de Pedro Ángel González a través de sus grabados” [doc. no. 1164576]; y de Zuleiva Vivas “La huella del grabado” [doc. no. 1101476].