En su tercera y última parte, la reseña sobre la Exposición del Paisaje Venezolano,escrita por Enrique Planchart, pondera las obras de algunos artistas a quienes identifica con alguna frase: “obra extensa” (Marcos Castillo), “índole decorativa” (Julia Brandt), “fauvista” (Bernardo Monsanto), “valores de claroscuro” (Pedro Ángel González). No obstante, en las tres partes de la reseña Planchart se detiene con mayor fruición en la obra de Reverón para aludir en ella a sus maestros españoles (El Greco, Ignacio Zuloaga) y, en especial, a la influencia del ruso Nicolás Ferdinandov que directamente afectó su modo de vida. Planchart destaca en Reverón su afición por la claridad (luminosidad) del Litoral Central venezolano que borra todos los colores. Recuerda, además, las exposiciones de Mützner (1918) y de Boggio (1919); eventos de gran importancia para los artistas del Círculo de Bellas Artes. Sobre este grupo de artistas, el crítico reconoce como uno de sus logros los estrechos lazos establecidos entre ellos, la experiencia en la búsqueda de una expresión y el despertar del interés del público en el arte que practicaban. Al incluir en su valoración a otros artistas que continuaron ese mismo espíritu (a favor de un paisajismo criollo), Planchart acuña la expresión “Escuela de Caracas”; un término abarcador que ha servido para aglutinar tres generaciones de paisajistas de diferentes nacionalidades.