El ensayo “Reverón” del escritor, historiador, diplomático y crítico venezolano Mariano Picón Salas (1901–65) fue publicado inicialmente en 1939, fecha en la que el pintor venezolano está comenzando la llamada “época sepia” (entre 1937 y 1946), según caracterizó Alfredo Boulton. El pionerismo con el que Picón Salas publica su ensayo —más de una década antes de la primera retrospectiva del artista y con más de quince años de antecedencia de la aparición del texto de Boulton “Armando Reverón o la voluptuosidad en la pintura”, donde establece la periodización de su obra—, señala uno de los valores del ensayo. Posee, además, un carácter visionario: desde las primeras líneas sorprende la forma y convicción con la que Picón Salas se refiere a su pintura, ya que, “aunque no lo parezca, [Reverón] es uno de los venezolanos más importantes que en este momento viven”. Cobra también especial interés por tratarse de un documento pionero de la crítica de arte (bajo género ensayístico) en Venezuela; en este caso, sobre el tema reveroniano, puesto que los escritos precedentes sobre el artista son, en su gran mayoría, breves crónicas periodísticas.
Constituye, para muchos estudiosos, el primer texto valorativo de importancia pictórica de Reverón. Se destaca, además, por la relevancia que el ensayista concede a la obra tridimensional de Reverón (muñecas y objetos), aunque no se detenga largamente en el asunto. Ese aspecto del universo reveroniano no será considerado seriamente por la crítica sino muchos años después; inclusive para Alfredo Boulton —el primer estudioso de Reverón—, los objetos y las muñecas carecían de valor artístico. Finalmente, Picón Salas deja en claro que el propósito y el estilo de Reverón se apartan totalmente de la estética de sus contemporáneos del Círculo de Bellas Artes (Manuel Cabré, Bernardo Monsanto y Rafael Ramón González). El estilo de Reverón es aquí estudiado —y en esto es también precursor Picón Salas— como uno de los grandes artistas del arte moderno, emparentándoselo con Henri Matisse (1869–1954), especialmente por lo que respecta a su “extraordinaria genialidad decorativa” a la que el pintor imprime una “nota venezolana”. Este texto está reproducido en Armando Reverón: 10 ensayos (Caracas: Concejo Municipal del Distrito Federal, 1975), además de en Armando Reverón. Esta luz como para magos (Caracas: Fundación Museo Armando Reverón, 1992).
En referencia a Reverón, véase el reportaje-entrevista de Carlos Morantes en “Visto por sí mismo…” [doc. no. 846024], y la visita al “Castillete”, hogar de Reverón en Macuto, hecha por Gio Ponti en “Reverón, o la vita allo statu di Sogno…” [doc. no. 812211].