“O Semeador e o Ladrilhador” [El sembrador y el ladrillador] es el capítulo IV del libro As Raízes do Brasil del escritor, periodista e historiador Sérgio Buarque de Holanda (1902–82), en el cual, después de ahondar en las características de la cultura ibérica, de modo general, enfoca el planteo y localización de la cultura europea en el territorio latinoamericano. De acuerdo a este amplio abordaje sobre la conquista, que plantea el historiador, la ocupación territorial surge como eslabón narrativo de la historia colonial en un texto repleto de informaciones precisas. Tratase de un análisis bastante original y comparativo sobre el período colonial —tanto bajo dominio español como portugués—, mucho más cercano del enfoque de la nueva historia social, la cual incorpora aspectos de la cultura y de la psicología. Además, en su análisis de la forma, nos brinda un medio para establecer un acercamiento entre el estudio de las mentalidades y el estudio de la cultura material. Desde su publicación en los años treinta, este clásico de nuestra sociología histórica provocó un gran impacto en el pensamiento volcado sobre el Brasil y hasta hoy sigue siendo de gran actualidad.
Hay un texto que trae a la luz ciertas conexiones del autor con el modernismo brasileño mostrando, desde su perspectiva, cuáles son sus figuras claves. Por medio de una invitación conjunta de Mário y de Oswald de Andrade, el autor, Sérgio Buarque de Hollanda, participó de la célebre Semana de Arte Moderna de 1922; véase “O lado oposto e outros lados” [archivo digital ICAA (doc. no. 781100)]. En la época del ensayo mencionado (1926), Buarque de Hollanda acababa de graduarse de bachiller en derecho y empezaba a trabajar en el periódico O Progresso además de fundar la revista Estética con Prudente de Morais Neto, a quien posteriormente enlista en la red de relaciones del movimiento mencionado. Su dedicación propiamente académica, ligada a la historia y a la sociología, es de la década posterior cuando escribe sus Raízes do Brasil (1936), tras una larga estadía en Alemania (1929–36) como corresponsal de Diários Associados.