El presente documento es parte de una discusión más amplia sobre el papel del arte en el desarrollo de un movimiento artístico de alcances nacionales; en particular, el modernismo brasileño. Escrito cuatro años después de la Semana de Arte Moderna de 1922, en São Paulo, la cual da inicio a dicho movimiento, este texto trae a la luz ciertas conexiones del autor con el modernismo y cuáles son sus figures claves. Por medio de una invitación conjunta de Mário y de Oswald de Andrade, el autor, Sérgio Buarque de Hollanda (1902–84), cuyos libros cita, participó de la célebre Semana. En la época en que escribía el texto, Buarque de Hollanda acababa de cumplir con su grado de bachiller en derecho y empezaba a trabajar en el periódico O Progresso, además de fundar la revista Estética con Prudente de Morais Neto, a quien posteriormente enlista en la red de relaciones del movimiento mencionado.
El presente artículo se publicó en la Revista do Brasil, entonces presidida por el periodista Assis Chateaubriand, y la cual implementa su “fase modernista” con diez números, con periodicidad semanal, entre 1926 y 1927. Entre los directores que tuvo esa publicación se encuentran Pandiá Calógeras, Afrânio Peixoto, Alfredo Pujol y Plinio Barreto. Como jefe de redacción operó Rodrigo M. F. de Andrade.