En este artículo, escrito después del debate final en el Ateneo de Caracas, Marta Traba hace un balance de la polémica desatada en torno de sus conceptos en l965. Llega a la conclusión de que no hubo tal polémica, sino una permanente reiteración de rebeldía, demostrada por el rechazo de jóvenes, especialmente contra la oficialización de experiencias tanto cinéticas como geométricas. Afirma Traba que el apoyo a sus tesis quedó demostrado rotundamente, ya que nadie fue capaz de defender las tesis del “universalismo” ni tampoco rebatir su pedido de “identidad”. Hace algunas consideraciones sobre el compromiso de la crítica actual y finaliza dando respuesta a tres preguntas de Guillent Pérez sobre el “colonialismo”, la “autenticidad” y el “porvenir” de la cultura latinoamericana.

Este artículo constituye el cuarto de la serie de cinco que publica Marta Traba (1923?83), la crítica argentina de arte radicada en Colombia, en aquella polémica sobre identidad del arte latinoamericano que ocurre en 1965 en Caracas, a raíz de su artículo “El arte latinoamericano: un falso apocalipsis”, publicado el 2 de mayo en la sección Papel Literario del diario El Nacional. Trátase de la polémica prolongada hasta septiembre en este suplemento dominical y en la Revista Nacional de Cultura. En el marco de la misma, Traba había sido invitada a dictar tres conferencias en el Museo de Bellas Artes de Caracas; hubo también programas de radio y televisión, además de un debate final en el Ateneo de Caracas. Además de Traba, participaron con mayor relevancia los pintores Alirio Rodríguez y Alejandro Otero, los críticos Roberto Guevara y Perán Erminy, además de otros participantes con formación filosófica: J. R. Guillent Pérez y Ludovico Silva.

“No me retiro” posee el interés textual de ofrecer un balance, desde el punto de vista de Traba, tanto de diferentes aspectos de la polémica como de sus resultados. Al igual que lo escrito por Perán Erminy (véase “La visita positiva” [doc. no. 799445]), Traba le otorga especial valor a la discusión viva y abierta del debate final. Escribe este artículo a su regreso a Bogotá después de su breve estadía en Caracas. Además de considerar definitivo su triunfo —que, en su opinión, quedó confirmado por las protestas de muchos jóvenes artistas—, su balance se extiende hacia algunas consideraciones (de tono autocrítico) sobre el deber ser de la crítica de aquel momento de mediados de los sesenta. Traba reconoce haber cambiado radicalmente la opinión que sostenía diez años antes, cuando “creía que la crítica de arte se hacía en el silencio de las bibliotecas”. Ahora, afirma ella tener una nueva comprensión del fenómeno estético, considerando que los críticos latinoamericanos deben ser “agresivos”, igual a lo propio de la cultura del subdesarrollo. En otro sentido y por considerarlos valores excepcionales, vale destacar que en este texto Traba hace breve referencia al colombiano Andrés de Santamaría y al venezolano Armando Reverón, a quienes dedicó estudios importantes.

Los artículos aparecidos en el suplemento Papel Literario de El Nacional fueron recopilados en la Colección Delta Solar como Modernidad y postmodernidad. Espacios y tiempos dentro del arte latinoamericano (Caracas: Museo Alejandro Otero, 2000). Por otra parte, una selección de aquellos documentos aparecidos en la Revista Nacional de Cultura se publicó en: Roldán Esteva-Grillet (Compilador), Fuentes documentales y críticas de las artes plásticas venezolanas. Siglos XIX y XX (Caracas, CDCH/UCV, Vol. II, 2001).