Texto del poeta y Premio Nobel de Literatura de 1971, Pablo Neruda (1904–1973), escrito para una exposición de Nemesio Antúnez (1918–1993) que itineró por Brasil en 1958, presentándose en el Museu de Arte Moderna, tanto de Río de Janeiro como de São Paulo. Neruda y Antúnez entablaron una amistad y diálogo creativo, ya que de manera conjunta produjeron ediciones de Tres cantos materiales (1948), Cien sonetos de amor (1959) y Arte de pájaros (1966), libros de Neruda con ilustraciones (en distintas formas del grabado) de Antúnez. Contando con la influencia de Neruda y de la cantautora Violeta Parra (1917–1967), a su regreso a Chile —tras vivir tanto en Estados Unidos, como en Europa y pasar por el Atelier 17 parisino de Stanley William Hayter (1901–1988)—, Antúnez inició una búsqueda por las tradiciones y técnicas propia de los saberes populares. Dio como resultado sus trabajos bajo el influjo de las cerámicas de Quinchamalí (cerámica negra) cuyo origen se remonta a los mapuche y pehuenche, artesanía que en la actualidad es producida por alfareras ubicadas en el poblado homónimo al sur de Chile.
Antúnez se destacó como un artista que exploró diversas disciplinas, siendo incluso gestor de importantes instancias para el arte chileno. En 1956 fundó el Taller-99. Participaron en él artistas y representantes del grabado: Luz Donoso (1921–2008), Pedro Millar (1930–2014), Eduardo Vilches (n. 1932), Roser Bru (1923–2021), Dinora Doudtchitzky (1914–2004) y Jaime Cruz (n. 1934), entre otros. El taller se caracterizó como espacio de experimentación artística donde se propiciaron dinámicas de compañerismo y trabajo colectivo; cabe destacar que éste se vinculó a la enseñanza formal del arte; varios de sus artistas fueron parte del establecimiento, en 1959, de la Escuela de Arte de la Pontificia Universidad Católica de Chile. El Taller 99 se trasladó a la Casa Central de esa institución hasta 1961 y finalmente a la sede destinada para la Escuela. Esto le permitió generar un sello distintivo; mientras que pintura y escultura eran características de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, la gráfica del taller trazó un rasgo diferenciador para quienes se formaban en dicha Escuela de Arte.
En 1962 dirigió el Museo de Arte Contemporáneo, dependiente de la Universidad de Chile. En 1969 asumió la dirección del MNBA (Museo Nacional de Bellas Artes), donde impulsó un programa experimental transformándolo desde lo arquitectónico hasta la propia concepción que se tenía de la institución. Esto dio lugar a otras disciplinas artísticas para que activaran el espacio impulsando tanto su perfil educativo y en contacto con el público. Además dio cabida a intervenciones contemporáneas; entre ellas, la exposición Salón de Otoño, Pinturas, Poemas y Explicaciones (1971), individual de Cecilia Vicuña (n. 1948), o Cuerpos Blandos del Juan Pablo Langlois (1936-2019). Su proyecto innovador fue violentamente interrumpido por el Golpe Militar (1973-90). En 1971, Antúnez era el conductor del programa de televisión Ojo con el arte, con una duración de 10 minutos, era transmitido en horario estelar y su objetivo era tornar accesible a todo público la enseñanza del arte. [En referencia al grabado y a Antúnez, véase, en el Archivo Digital ICAA, “Carta sobre el grabado” (doc. 749419); sobre el desarrollo del grabado, consúltese “El grabado contemporáneo” (doc. 773546) de Enrique Solanich o “Memoria fracturada del grabado chileno” (doc. 767023) de Jaime Cruz].