Fabián Lebenglik, critico de arte, fue uno de los protagonistas del arte argentino de los noventa desde sus escritos a través de la sección de artes plásticas de los martes aparecidas en el diario Página/12 (Buenos Aires). El Centro Cultural Recoleta es uno de los espacios de exhibición de Buenos Aires con mayor afluencia de público por su localización y ha sido consagrado dentro del circuito artístico. Importantes exposiciones, tanto de arte nacional como internacional, se han desarrollado y continúan presentándose en sus salas. La discusión centro-periferia del campo artístico de Buenos Aires se puede seguir a lo largo de las críticas aparecidas en Página/12 durante los primeros años de los noventa. En esta oportunidad, el autor exalta la capacidad de la exhibición La vuelta al Centro: los nuestros en las artes visuales contemporáneas (Buenos Aires: Centro Cultural Recoleta, mayo 1990) de reunir en un mismo espacio a artistas consagrados y los “niños terribles” del momento. Se da cuenta, según la mirada de Lebenglik, de un panorama completo de la plástica de entonces, capacidad que no comporta amplio desarrollo el ámbito privado como las galerías. En este sentido, el artículo debe vincularse con otros aparecidos en el mismo diario. Ya sea “La cuestión de los jóvenes” (23 de enero de 1990, p. 14, véase registro 764362) o bien “Preparados, listos, ya. Largadas” (23 de enero de 1990, registro 770020), dos ejemplos más donde las galerías son cuestionadas por negarse a ser espacios de exhibición para artistas jóvenes, emergentes, e incluso “niños terribles”. En este sentido, la Galería del Centro Cultural Ricardo Rojas, ocupó un lugar vertebral en la escena artística de fines de la década de ochenta y primeros años de la siguiente. El Centro Cultural Ricardo Rojas (fundado en 1984) es un organismo de extensión cultural de la Universidad de Buenos Aires. En 1989, se creó La Galería del Centro Cultural Ricardo Rojas en el hall de entrada del recinto universitario, dirigida por el artista y crítico de arte Jorge Gumier Maier, sumándose poco después Magdalena Jitrik como colaboradora. Espacio marginal en sus inicios dentro del campo artístico de Buenos Aires, comenzó a adquirir importante visibilidad entre 1991 y 1992. Los artistas de “el Rojas” (Fabián Burgos, Graciela Hasper, Feliciano Centurión, Martín Di Girolamo, Alberto Goldestein, Sebastián Gordín, Miguel Harte, Agustín Inchausti, Luis Lindner, Nuna Magiante, Emiliano Miliyo, Esteban Pagés, Ariadna Pastorini, Marcelo Pombo, Cristina Schiavi, Enrique Marmora, Sergio Vila, Benito Laren, Omar Schiliro y Alfredo Londaibere, Liliana Maresca, entre muchos otros) empezaron a ser incorporados en la agenda de espacios clave de exhibición. Cuéntase, entre ellos, el ICI (Instituto de Cooperación Iberoamericana), el Centro Cultural de España o bien la Galería Ruth Benzacar. La referencia a poéticas del pasado, como el arte pop, el minimalismo, el arte concreto (bajo reformulaciones personalísimas), además de elementos del kitsch, han servido para caracterizar los recursos expresivos de tales artistas. Hacia fines de la década, los artistas que integraron “el grupo del Rojas”, fueron comprendidos, de manera general, como los representantes del “arte argentino de los noventa”.