Dámaso Ogaz (1924–1990) escribe sobre el pintor Hernán Gazmuri (1900-1979), quien fue su maestro. Según el historiador del arte Antonio Romera (1908-75), su obra quedó en el olvido en Chile, a pesar de ser un trabajo plástico muy particular. Gazmuri viajó a Europa (entre 1928 y 1931) para complementar sus estudios. Formado en la Academia de Bellas Artes, institución a la que ingresó en 1919, se mostró crítico de la índole didáctica recibida, ya que las enseñanzas no favorecían el acceso a corrientes del arte actual durante la primera década del siglo XX. Abogó por la creación de un sistema de becas para viajar a Europa como complemento educativo, siendo dirigente estudiantil. Inquietudes que propiciaron su participación en el Grupo Montparnasse, al cual se unió para cuestionar el academicismo que regía entonces a la pintura chilena, tanto en aquellas obras valoradas por la crítica, como por la enseñanza. Regresó a Chile en 1934 y dictó sobre cubismo y abstracción en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, cátedra que el pintor Marco Bontà (1899–1974) criticó públicamente a través de una columna en el diario El Mercurio; a su juicio, tal enseñanza era poco seria y dedicada a imitar lo extranjero. Cuestionamiento que significó el cierre de la cátedra. No obstante, continuó su búsqueda para enseñar arte moderno; en 1935, Gazmuri fundó la Academia Libre de Artes Plásticas. [Para mayor información, véase en el Archivo Digital ICAA “La pintura de Hernán Gazmuri” (doc. no. 750435) de Antonio Romera].
Dámaso Ogaz —Víctor Manuel Sánchez Ogaz— nació en Chile pero emigró en 1961. Antes de abandonar el país escribía sobre arte en la sección “En las salas de exposiciones” de la revista En viaje de la Empresa de los Ferrocarriles del Estado. Primero viajó a Venezuela con el objetivo de impulsar el Museo de Arte Contemporáneo Americano de Trujillo que cerró al año siguiente. Fue integrante de El Techo de la Ballena, irreverente agrupación artístico-literaria que cuestionaba la vuelta a la democracia tras la dictadura de Pérez Jiménez; presentó su trabajo de poesía y dibujo en carteles y publicaciones del colectivo vanguardista. En 1963 viajó a París y se radicó definitivamente en Caracas en 1967. A inicios de los setenta creó las revistas experimentales La Pata de Palo y Cisoria Arte vinculándose incluso al arte correo. El poeta y artista uruguayo (radicado en São Paulo) Clemente Padín (n. 1939) destacó la influencia que recibió, tanto de sus creaciones como de su impetuosa actitud contestataria. [En referencia al colectivo caraqueño, consúltese “Rayado sobre el Techo de la Ballena: letras, humor, pintura” (doc. no. 1142155)].