El C.A.D.A. (Colectivo Acciones de Arte) (activo entre 1979 y 1985) realizó intervenciones en distintas publicaciones de oposición a la dictadura fascista implantada por el General Augusto Pinochet con el golpe de 1973. Además de la revista Análisis, su inserto apareció en las revistas Apsi y Cauce, así como en el diario La Época. El presente documento fue elaborado en colaboración con la fotógrafa Paz Errázuriz (n. 1944), la responsable del retrato, el poeta Gonzalo Muñoz (n. 1956) y el Movimiento Unitario Mujeres por la Vida (1983), comúnmente conocido como Mujeres por la Vida. Este trabajo es el último realizado por el C.A.D.A., aunque de este solo participaron Diamela Eltit (n. 1949) y Lotty Rosenfeld (1943–2020).
El C.A.D.A. fue un colectivo artístico integrado por las artistas Lotty Rosenfeld (1943–2020) y Diamela Eltit (n. 1949), quien también es escritora; el artista Juan Castillo (n. 1952); el sociólogo Fernando Balcells (n. 1950) y el poeta Raúl Zurita (n. 1950). Este grupo se caracterizó por desarrollar una obra cuyo soporte fue tanto la ciudad como los espacios de arte. Inicia sus actividades con la acción Para no morir de hambre en el arte (1979), la cual contó con varias acciones simultáneas realizadas: en un barrio popular de la ciudad de Santiago, en el exterior del edificio de la ONU, en la Galería de Arte Centro Imagen y a través de un inserto referido a la acción en la revista HOY. Además, el colectivo convocó a otros artistas a involucrarse en ella. Tal acción múltiple inaugura una plataforma de trabajo colectivo que se despliega en distintos lugares (institucionales o no) bajo diversas estrategias. La intervención editorial convocó a Mujeres por la Vida, grupo femenino de opositoras al régimen y provenientes de distintas militancias políticas caracterizado por un trabajo de intervención constante y performático en el espacio público con el objetivo de movilizar sus demandas.
Viuda interviene al focalizarse en la situación política de mujeres que pasan a ser el único sostén familiar tras haber sido detenidos, asesinados y desaparecidos sus maridos, prácticas cotidianas durante la dictadura militar pinochetista. A través del rostro de esta mujer se reflejó la situación común a muchas mujeres del país, las cuales sostuvieron una férrea defensa de la vida y los Derechos Humanos frente a la política genocida instalada desde el aparato estatal. Durante la época de los setenta, y principalmente durante la década siguiente, el movimiento feminista se organizó a lo largo del país. Mujeres por la vida convocó la participación de mujeres de todas las clases sociales, en una situación política excepcional.
Debido a la fuerza que proyecta hasta hoy, otra de las acciones más emblemáticas de C.A.D.A., realizada en 1983, fue el llamamiento a los artistas chilenos para rayar el mensaje “NO +” (NO MÁS). Tratábase de un texto abierto que podía ser completado con las variadas demandas sociales presentes en una sociedad sofocada tanto por el neoliberalismo económico como por la dictadura que lo implantó. Después de la masiva aparición del mensaje por Santiago, este texto se transformó en lema de movilizaciones sociales que ha trascendido hasta nuestros días. [Para otros textos que analizan la obra del C.A.D.A., consúltese en el Archivo Digital ICAA los ensayos siguientes: “Cada día: la creación de un arte social” (doc. no. 732411) de Robert Neustadt; “La ampliación del espacio crítico” (doc. no. 734883), de Milan Ivelic y Gaspar Galaz; “Cada 20 años” (doc. no. 740299) de Diamela Eltit; así como “Una ponencia del CADA” (doc. no. 732133) escrito por el colectivo mismo].