"Lástima que seas una rota" es un texto que la escritora y artista Diamela Eltit (n. 1949) escribió para la muestra pictórica de Juan Domingo Dávila (n. 1946). Rota se exhibió en la Galería Gabriela Mistral, espacio de arte inaugurado en Santiago (1990) durante el primer gobierno de la llamada Transición Democrática. Aunque lleve el nombre de “galería” no es un espacio comercial, sino una sala estatal de exposiciones de arte. [En referencia a otro texto sobre la exposición, véase en el Archivo Digital ICAA “Identidad y escatología” (doc. no. 738654) escrito por Carlos Pérez].
Un año después del Golpe Militar (1974), Juan Domingo Dávila se radicó en Melbourne, Australia; no obstante mantuvo vínculos con Chile, principalmente con la teórica y crítica cultural Nelly Richard (n. 1948). Autora de Margins and Institutions. Art in Chile since 1973 (1986), Richard lo integró a los demás artistas de la Escena de Avanzada. Grupo de prácticas y obras neovanguardistas que se caracterizaron por un cuestionamiento del arte, de las condiciones de producción y de su contexto en un país bajo una férrea dictadura. Al representar un tipo de arte contrainstitucional, dicho movimiento o tendencia apostaba por difundir un imaginario crítico de resistencia. En este sentido, sus prácticas artísticas apuestan en una labor lingüística capaz de desmontar la cultura dominante. Dávila intercedió para que la revista internacional de arte Art and Text (Melbourne/Nueva York) concretara este libro a modo de número especial [Respecto al capítulo de Margins and Institutions específicamente sobre pintura, véase Archivo Digital ICAA “Introduction” (doc. no. 738523)]. Además, Dávila formó parte del Comité Editorial de la Revista de Crítica Cultural, proyecto que Richard encabezó entre 1990 y 2008.
Desde 1974, Dávila realizó exposiciones individuales en Chile cada cierto tiempo. Rota fue su primera muestra de este tipo desde el retorno a la democracia y sus pinturas se dedicaron a focalizar la figura del “roto”, término clasista chileno para denominar a las personas de origen pobre y que ha sido una figura utilizada en la literatura desde comienzos del siglo XX, transformándose en parte de la idiosincrasia nacional. Pictóricamente, Dávila utiliza distintas representaciones del “roto” tomadas de revistas de circulación nacional para interferir en la propia historia del arte chileno. Además, muestra al “roto” con cuerpo femenino: no es solo sujeto minoritario de clase baja, sino que también es menospreciado por la estructura patriarcal.