Desde sus inicios, el Centro de Arte y Comunicación (CAYC) liderado por el gestor, artista y empresario Jorge Glusberg se propuso como un espacio interdisciplinario que pudiera generar un movimiento de arte experimental. Para ello, la conformación de redes de colaboración entre artistas y críticos locales e internacionales fue fundamental. Como parte de la acción interdisciplinaria que propuso desde sus inicios, el CAYC promovió prácticas experimentales apropiándose de varios impulsos preexistentes del arte argentino de los años sesenta.
Los primeros años de la década de setenta marcan un escenario de creciente conflictividad. En este contexto, las discusiones acerca de la función del arte y del artista se vuelven cada vez más intensas, en el que la realidad sociopolítica requería de un urgente abordaje. Esta gacetilla anuncia la presentación del espectáculo Agujas de coser de Oralia Gronner en las salas del CAYC (julio, 1974), siendo parte integral del Ciclo de Investigaciones Teatrales 73-74. Organizado desde 1973 [GT-297; doc. no. 1478830, GT-301; doc. no. 1478985, GT-302; doc. no. 1478986, GT-308; doc. no. 1478837, GT-317; doc. no. 1478987, GT-321; doc. no. 1478841, GT-326; doc. no. 1478843, GT-410; doc. no. 1478893, GT-416; doc. no. 1478894] participaron en él distintos grupos que se plantearon el teatro como praxis política para la transformación social.
Gronner se había iniciado en el Teatro Municipal de Merlo (Provincia de Buenos Aires), a comienzos de los años setenta, con una propuesta estética basada en textos del poeta y dramaturgo andaluz Federico García Lorca, además de una puesta en escena minimalista. Alineándose, así, con el concepto de Jerzy Grotowski (1933–99) y su “teatro pobre”. Se basa en el cuerpo y en la voz de los actores en una escena “vacía” de escenografía. Establece un nexo directo con performance, tendencia experimental que Glusberg promovió en el medio artístico local.