En la década de los cincuenta, en Uruguay se consolidó la tendencia “abstracta” en las artes plásticas nacionales. Este fue un período de expansión industrial en el país con mano de obra manufacturera vinculada a la práctica artística, al diseño gráfico e industrial, y sobre todo textil. Los artistas plásticos se acercaron entonces a tendencias gráficas publicitarias y a las posibilidades que les ofrecían la industria nacional. En cierto sector de artistas e intelectuales hubo expectativa laboral incitada por el “Good-Design Awards” surgido en los Estados Unidos y en Europa (principalmente Alemania); el objetivo era reconocer a nivel internacional el diseño de productos innovadores y originales. Las mismas expectativas se plantearon en 1940 y particularmente fueron debatidas entre 1958 y 1959 por parte de los docentes de la Facultad de Arquitectura y de la Escuela Nacional de Bellas Artes, en relación a la intervención de los artistas plásticos en proyectos de arquitectura. Las competencias profesionales de arquitectos, artistas y diseñadores se mostraban confusas para definir el diseño de artesanías y de objetos de equipamiento doméstico. Integrado inicialmente por Óscar García Reino, Carlos Páez Vilaró, Miguel Ángel Pareja, Raúl Pavlotzky, Lincoln Presno, Julio Verdié, Américo Spósito y Alfredo Testoni, el Grupo 8 se consolidó bajo la idea de crear un mercado para aquellos artistas que (desde mediados de los cincuenta) profundizaban en diversas técnicas y experimentaban con nuevos estilos como el abstracto y el informalismo.
En la década de los sesenta, en Uruguay se fue construyendo la noción de “arte moderno y contemporáneo” mediante nuevas instituciones y mediante la consagración de eventos internacionales como, entre ellos, el Instituto General Electric de Montevideo y la Bienal Internacional de São Paulo. El Grupo 8 pretendía no solo brindar servicios a la industria nacional, sino también dar a conocer en el exterior la obra de los nuevos artistas “abstractos” uruguayos, para lo cual contaba con un integrante especialmente vinculado a centros financieros y culturales de Europa, los Estados Unidos y Asia: el mencionado Páez Vilaró, promotor de la iniciativa. El Grupo 8 expuso en Montevideo, Punta del Este y otras ciudades del país, llevando también sus propuestas a Brasil (Florianópolis), Chile (Concepción), Siria (Damasco), Egipto (El Cairo), Checoeslovaquia (Praga) y los Estados Unidos (Dallas).
[Para más información, véanse en el archivo digital ICAA los siguientes textos: de Humberto Tomeo “Educación y diseño industrial” (doc. no. 1233713); y de Pablo Mañé Garzón “IX Bienal de São Paulo. Demasiadas antítesis” (doc. no. 1233548)].