Alberto Zum Felde (1887–1976) formó parte de un grupo de intelectuales que reunió a poetas, músicos y artistas plásticos en tertulias que dinamizaron el clima cultural a lo largo del siglo veinte en el medio artístico uruguayo. Director de la revista La Pluma, colaborador de otras publicaciones (como La Cruz del Sur), el intelectual significó un referente ineludible en la incipiente crítica artística local en la primera mitad del siglo veinte. La mirada aguda de Zum Felde se adelantó más de una vez en calificar de obsoletas modalidades artísticas instaladas cómodamente, advirtiendo signos de cansancio estético; por ejemplo, bregó por declarar la caducidad del modernismo literario en el Uruguay. Desde la segunda década del siglo XX apoyó las posturas de producción local y de enseñanza artística que centraba la prédica de Pedro Figari (1861–1938) [consulte en el archivo digital ICAA (doc. no. 1254337)].
En este artículo, fechado en 1926, Zum Felde analiza el nativismo literario, al que prefiere llamar “tradicionalismo”, y distingue entre los escritores de dicha tendencia al poeta Fernán Silva Valdés (1887–1975). Considera dicha producción artística como postura de “reacción”, tanto frente al trillado exotismo del modernismo literario como a modelos europeos que actuaban como agentes de desarraigo, postura defendida también por el intelectual argentino Ricardo Rojas (1882–1957). A juicio de Zum Felde, el creciente cosmopolitismo urbano llegó al medio rural uruguayo “cambiando la vida pastoril en un difuso arrabal” donde es ineludible observar el cambio “del caballo al Ford”. Por otra parte, la poesía gauchesca es, para el crítico, un remedo regresivo, obsoleto y amanerado, una manifestación artística del ocaso. El documento configura un ejemplo de las múltiples reflexiones sobre la identidad nacional y regional en la producción artística del Uruguay. Configura un antecedente de su pensamiento posterior, el cual tomará cuerpo en el libro El problema de la cultura americana (Montevideo, 1943).