El artículo del libro/catálogo Premio Pedro Figari (entrega 2007–08) recoge la entrevista realizada en 2003 por la crítica Rosa Queralt a Yamandú Canosa (n. 1954), artista uruguayo residente en Barcelona desde 1973. La entrevista es en España a propósito de la exposición La línea h (iceberg), organizada en Salamanca (2003), donde Canosa desarrolla sus concepciones acerca del paisaje como espacio intrínseco al imaginario personal. Reconoce espacios de paisajes conformados por múltiples factores: desde sus estudios de arquitectura, influencias subjetivas de sus vínculos en Uruguay y otras memorias de barrios y paisajes de su entorno natal. En su filiación paisajística, recuerda a la poetisa uruguaya Amanda Berenguer, citándola: “somos hijos del mismo paisaje. Ya tal paisaje, tal espacio”. Canosa reflexiona sobre la figura del iceberg como metáfora doble que contiene manifestaciones visibles y escondidas de un modelo de la realidad objetiva y subjetiva, vinculada simultáneamente con procesos de construcción de memoria y de lenguaje. El artista intenta unir topografías lingüísticas que se entrelazan de subjetividad, por lo que sus paisajes se transforman en mapas de espacios cambiantes y contradictorios. En este sentido, Yamandú ubica el “mestizaje” de su obra y relaciona sus territorios como migrantes vía procesos intransferibles de memoria. En su creación se configura otro paisaje: Barcelona y Uruguay, aunque cada propuesta contenga a ambos volviéndolos un espacio híbrido y subjetivo. A juicio de Canosa, “el mundo se piensa imaginando”; una afirmación signada por procesos migratorios contemporáneos abiertos a distintos espacios de reflexión. Dichos procesos admiten la observación a distancia, donde una nueva significación la produce Holanda que lo habilita a observar su doble espacio de pertenencia, Uruguay y España, como algo triple.
[Como lectura complementaria, véase en el archivo digital ICAA otro texto respecto a la obra de Yamandú Canosa, “La casa de Amanda” (doc. no. 1248013)].