Los años setenta fueron un tiempo de convulsión y movimiento en la historia del Uruguay. La dictadura cívico-militar instaurada tras el golpe de Estado del 27 de Junio de 1973 marcó una etapa de terrorismo de Estado durante la cual se prohibieron los partidos políticos, se ilegalizaron los sindicatos, se censuró (o clausuró) a los medios de prensa, persiguiendo y, en muchos casos asesinando, a sus opositores. Para algunos artistas uruguayos como Clemente Padín (n. 1939) o Jorge Caraballo (1941–2014), el arte era un mecanismo de acción para denunciar tanto crímenes como atentados sociales de los militares y funcionarios civiles. Desde esa praxis combativa, la acción artística se convirtió en una herramienta más para la reflexión y la resistencia. Otros artistas, a su vez, optaron por recluirse en el ejercicio docente, mediante talleres privados que constituyeron ámbitos fundamentales para la elaboración y reflexión artísticas en un marco de adversidad.
En 1966, Padín comenzó a editar junto a un grupo de colaboradores —Héctor Paz, Juan José Linares y Julio Moses— la revista Los Huevos del Plata para contrarrestar el “monopolio editorial” liderado por la llamada Generación del ‘45 (Mario Benedetti, Idea Vilariño y Ángel Rama, entre otros). Se publicaron 16 números a lo largo de tres años; su objetivo era rechazar las actitudes que predominaban en la literatura y la sociedad cultural del momento, indagando así nuevas tendencias poéticas experimentales como el espacialismo, concretismo o poesía visual, recurriendo incluso a poetas surrealistas. En 1969, una vez cerrada esa revista, Padín continuó con otra denominada OVUM 10, definiendo en ella una estética poético-visual semejante a los caligramas de poetas tales como el francés Guillaume Apollinaire (1880–1918), el mexicano Juan José Tablada (1871–1945), el español Guillermo de Torre (1900–71), el catalán Joan Salvat-Papasseit (1894–1924), el hispano-cubano Francis Picabia (1879–1953) y el portugués Mario de Sá-Carneiro (1890–1916). El lema de OVUM 10 era: “Todo el que grite distinto, será uno de los nuestros, porque aquí lo que falla son las estructuras, los esquemas de expresión, la basura (…)”.
Padín describe a lo largo del documento su experiencia vivencial como artista (únicamente en el periodo de la dictadura). Destaca el evento de la 10ème Biennale de la Jeune-Créatión, celebrado en 1976 en París, organizado por el Ministerio de Cultura de la dictadura uruguaya, el cual ocultó a capa y espada el fuerte enfrentamiento que vivía la realidad del país. Padín es tajante al denunciar: “Los mandos militares y las autoridades francesas planificaron conjuntamente la realización de la 10 Biennale de la Jeune-Creation sin contar con el espíritu crítico y la formación política de casi todos nuestros artistas que rechazará ese vano intento por intercambiar sangre por cultura, cárcel por información o silencio”. Un año más tarde, tras responder con una carta a uno de los grupos mexicanos que apoyaron la Contrabienal organizada tras el evento, Padín fue encarcelado bajo los cargos ridículos de “Mofa y Escarnio a la Fuerza Moral de las Fuerzas Armadas”.
[Para más información, véanse en el archivo digital ICAA los siguientes textos de Clemente Padín: “Arte postal en Latinoamérica” (doc. no. 1240703) y “La Performance desde la perspectiva Latinoamericana” (doc. no. 1240733)].