Entre los años de 1919 y 1920, Federico Morador y Otero (1896–1977) e Ildefonso Pereda Valdés (1899–1996) pretendieron difundir algunos preceptos de la estética “ultraísta” mediante la publicación de la revista de artes y letras Los Nuevos [al respecto, véase en el archivo digital ICAA el texto de Jorge Luis Borges sobre el “Ultraísmo” (doc. no. 732642)]. En este período de cambios que trajo aparejado la influencia modernista, se notan ciertos ecos del ultraísmo español por un lado, así como de tendencias poéticas nativistas, criollistas y regionalistas por otro. Con Los Nuevos se difunden las vanguardias europeas, pues aparecieron publicados por primera vez en Uruguay traducciones de textos de Guillaume Apollinaire, Jean Cocteau, Max Jacob y Paul Réverdy.
El documento manifiesta el momento de emergencia del modernismo que se respiraba en el arte uruguayo y anticipa la influencia de Auguste Rodin (1840–1917) y sus discípulos Charles Despiau (1874–1946) y Antoine Bourdelle (1861–1929) entre jóvenes escultores nacionales de la década de 1920. El ánimo renovador, que propicia la publicación de este artículo, se había instalado ya en la Escuela del Círculo de Bellas Artes (1905–43). Escultores de la talla de Luis Falcini (1889–1973), docente del Círculo de Bellas Artes, Bernabé Michelena (1888–1963) y Germán Cabrera (1903–90), entre otros, toman partido por el espíritu modernista lírico que emana de la obra de Rodin.